La mano de Fátima Quotes

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La mano de Fátima La mano de Fátima by Ildefonso Falcones
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“In death, hope is everlasting.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“Hay cosas que nos hacen envejecer más que el trascurso de los años...”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“Ellos mantendrían encendida la llama de la esperanza para un pueblo maltratado; un débil fuego, ciertamente, pero ¿no empezaban los grandes incendios por la más nimia de las chispas?”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“los niños no aprenden en el interior de una habitación mientras escuchan correr el agua fuera. Que necesitan el aroma de las flores, el contacto con la naturaleza para que gocen sus sentidos y así aprender con facilidad.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“a replicar el hidalgo. Unos comedidos aplausos interrumpieron”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“blanco prestada que contrastaba con su tez morena, con el chispear de sus inmensos ojos negros y con”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“rápidamente con los niños y escóndete entre las matas de la ribera, allí no hay barcos, pero no te quedes quieta, vete, aléjate cuanto puedas.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“llegara a ojos de los cristianos, ya los habrían exterminado”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“se levantó sobre sus patas y volvió a brincar hacia”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“gente caerá en la desesperación y se lanzará a los”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“debía acreditar que entre sus antepasados no existía ningún converso musulmán o judío.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“inquisidor le interrumpió y le ofreció la mano, lacia, para que hiciera la pertinente genuflexión.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“corregidor y sus oficiales, que buscaban detenerse en aquellos lugares en los que podían hacer noche sin prescindir de cama y comida.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“detrás de otras, retrocediendo hasta el fondo de la habitación. —El rey quiere reservarse las joyas y el dinero que le queda —explicó el consejero, sorbiendo la nariz—.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“están prohibidas. Hasta hace algunos años, cualquiera que hubiera perdido en una partida clandestina podía reclamar en el plazo de ocho días que le devolvieran lo perdido.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“Los grandes ojos negros almendrados de su esposa le trajeron al recuerdo sus noches de amor: ¿dónde estaba aquel espíritu saciado, de dicha absoluta, de miles de silenciosas promesas con el que terminaban todas ellas?”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“puente romano, mezclado entre la gente con un gran capazo de esparto en sus manos, tras una talanquera construida por el cabildo para obligar a los toros a que girasen y continuasen su carrera por la ribera del río, en cuyo margen se amontonaban los vecinos que, en caso de apuro, sólo podrían lanzarse al agua.”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima
“¿Tanto le cegaba a uno la felicidad como para no percatarse del dolor ajeno?”
Ildefonso Falcones, La mano de Fátima