De purs hommes Quotes

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De purs hommes De purs hommes by Mohamed Mbougar Sarr
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“duda, esto es verdad en parte, pero rara vez se nos ocurre que también se puede interpretar a la inversa y que, en cierto modo, los vivos abandonan a los muertos. Los muertos también están solos. Hasta el final, necesitan que los acompañen, que formen cortejo. Quería estar en el cortejo de Amadou. No quería dejar a su madre como única caminante. Intentaba ofrecer mi disponibilidad y mi presencia a aquella mujer; intentaba seguir detrás de ella hasta donde fuese posible, hasta el límite donde tendría que detenerme de forma inevitable para dejarla, sola de verdad, con su hijo.”
Mohamed Mbougar Sarr, Hombres puros
“Trataba de ofrecerle algo que no fuese ni la afectada compunción que se puede sentir y mostrar a una madre en pleno luto –eso nunca es suficiente– ni el sentimiento presuntuoso de entender su dolor –eso siempre es ilusorio–, sino más bien otra dádiva, al mismo tiempo más preciosa y más modesta que la compasión o la empatía: mi presencia, mi simple pero total presencia. Quería estar ahí, no solo para ella, sino con ella. Sabía que no podía acompañarla muy lejos: siempre terminamos solos en el laberinto. Pero antes necesitamos compañía. Eso es lo que intentaba ofrecerle. La verdadera disponibilidad es la que se debe a los muertos o a aquellos que los acompañan más allá de la tumba. Los vivos siempre piensan que son los muertos quienes los abandonan.”
Mohamed Mbougar Sarr, Hombres puros
“Pero de una cosa estaba seguro: aunque los homosexuales todavía me repugnasen, ahora me resultaba imposible negar, como podía haber hecho e hice en el pasado, que eran hombres. Lo eran. Pertenecían por derecho propio a la humanidad por una simple razón: formaban parte de la historia de la violencia humana.”
Mohamed Mbougar Sarr, De purs hommes
“permettre de regarder longtemps sans craindre de l’épuiser, de son visage, donc, je préférais la bouche, la grande bouche généreuse, aux lèvres à jamais inassouvies, desquelles il suffisait que je détache les miennes pour qu’aussitôt un violent sentiment de manque me prît, comme si elles m’avaient transmis leur soif d’être embrassées ou d’embrasser toujours. Elle me laissait l’embrasser avec passion. Cela l’amusait un peu,”
Mohamed Mbougar Sarr, De purs hommes
“étaient terribles, obstinées, longues, celles d’une femme indépendante et libre qui ne devait rien à un homme, encore moins à son sexe. Elle était un mélange de détachement et de passion qui forçait l’admiration, puis, immanquablement, le désir. Il suffisait de quelques instants avec elle pour comprendre qu’elle ne s’attacherait jamais à vous, mais qu’elle pouvait vous aimer plus que vous auriez jamais rêvé de l’être le”
Mohamed Mbougar Sarr, De purs hommes