“Me sentí como un insecto adormecido por el veneno de una araña, atrapada en su tela, aletargada y a merced del caprichoso apetito de su anfitriona. Su mirada provocaba ese efecto; te apresaba sin apenas dejarte tregua para la más cobarde de las huidas.”
―
Marta Martín Girón,
Shambhala