Desayuno en Júpiter Quotes
Desayuno en Júpiter
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Andrea Tomé1,636 ratings, 3.67 average rating, 334 reviews
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Desayuno en Júpiter Quotes
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“He dicho que nos enamoramos de las virtudes que no podemos encontrar en nuestro interior. Debí añadir un matiz. Nos enamoramos también de los fantasmas que habitan en nuestro interior y que podemos reconocer en otras personas.”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“Nos enamoramos de aquello que nos falta no porque nos sintamos incompletos, sino porque buscamos, sin descanso, un argumento que nos permita creer que la humanidad todavía merece la pena”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“Ojalá existiese una palabra que definiese la certeza de que tu alma y tus huesos están hechos de magia, noche y libertad.”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“Aunque me quedo callada, me gustaría decirle muchas cosas. Que sé cómo es esa sensación cuando encuentras la chispa en otra persona y luego no puedes dejar de buscarla en todas las demás. Cuando incluso la Nada parece una aventura apasionante. Cuando las respuestas a todas las preguntas del universo parecen estar escondidas en alguien con nombre y apellidos.”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“Te lo debo, y si algo he aprendido de ti después de todo es que no hay nada más liberador que dejar de ser egoísta.”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“No somos importantes, pero estamos conectados a una serie de leyes de la naturaleza que sí lo son. Estamos hechos de materia espacial. El carbono y el oxígeno de los astros componen nuestros huesos y fluyen por nuestras venas. Nuestros cuerpos, que son tan pequeños y tan poco relevantes, están formados por los mismos elementos esenciales que causan el nacimiento y la muerte de las estrellas.
Aunque somos efímeros comparados con una nebulosa, en el fondo, estamos hecho de la misma materia, y este es un pensamiento que me reconforta por las noches.”
― Desayuno en Júpiter
Aunque somos efímeros comparados con una nebulosa, en el fondo, estamos hecho de la misma materia, y este es un pensamiento que me reconforta por las noches.”
― Desayuno en Júpiter
“Hasta ahora había reparado en la belleza de las mujeres pensando que las envidiaba, pero no es así. Reparo en la belleza de las mujeres porque las mujeres son bonitas, y no puedo evitar sentirme atraída hacia ellas incluso cuando parece no estar bien.”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“Me gusta la gente callada porque, cuando consigues arrancárselas, cuentan las mejores historias.”
― Desayuno en Júpiter
― Desayuno en Júpiter
“—Aquí, en tus venas —dice—, fluye la hemoglobina. Su estructura contiene hasta cuatro átomos de hierro. ¿Sabes dónde se produce el hierro?
—No —susurro levemente.
Amoke, que alza ambas piernas hasta que su cuerpo forma un ángulo de noventa grados, precisa:
—Solo existe un lugar, y es el corazón de las estrellas que mueren. Hemos sido creados, y somos mantenidos con vida, a partir del material con el que están hechos los astros.”
― Desayuno en Júpiter
—No —susurro levemente.
Amoke, que alza ambas piernas hasta que su cuerpo forma un ángulo de noventa grados, precisa:
—Solo existe un lugar, y es el corazón de las estrellas que mueren. Hemos sido creados, y somos mantenidos con vida, a partir del material con el que están hechos los astros.”
― Desayuno en Júpiter
“Nephesh.
¿Cómo traducirlo? No es el alma, pero tampoco es la vida. Es Todo con mayúsculas, nuestra esencia. Es lo que nos hace movernos y amar y sentir y contener todo el infinito que está dentro de nosotros. Es el aliento que, según recoge el Torá, insufló el Señor en el hombre para que dejase de ser inerte.
Nephesh.
Oigo la palabra de nuevo. Primero la ene y la e, la caricia suave de la efe y el ulular de viento que parecen la ese y la hache. Nephesh, como un único hilo que se desprende de una madeja. Nephesh, oigo.
Y.
Entonces.
Todo.
Queda.
En.
Silencio.”
― Desayuno en Júpiter
¿Cómo traducirlo? No es el alma, pero tampoco es la vida. Es Todo con mayúsculas, nuestra esencia. Es lo que nos hace movernos y amar y sentir y contener todo el infinito que está dentro de nosotros. Es el aliento que, según recoge el Torá, insufló el Señor en el hombre para que dejase de ser inerte.
Nephesh.
Oigo la palabra de nuevo. Primero la ene y la e, la caricia suave de la efe y el ulular de viento que parecen la ese y la hache. Nephesh, como un único hilo que se desprende de una madeja. Nephesh, oigo.
Y.
Entonces.
Todo.
Queda.
En.
Silencio.”
― Desayuno en Júpiter
