En diciembre llegaban las brisas Quotes
En diciembre llegaban las brisas
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En diciembre llegaban las brisas Quotes
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“Ya entonces para doña Eulalia el tiempo transcurría de otra manera, no corría ni pasaba, ni era el fondo sobre el cual los seres y las cosas parecían cambiar; en su memoria cada episodio de su vida se había fijado para siempre, ajeno a cualquier cronología o relación alguna de causalidad, pero cristalizando la injusticia de haber ocurrido, y por lo tanto, de haberse podido transformar en recuerdo.”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“[Ella] Tenía algo más remoto y profundo; algo que debió permitirle a la primera molécula reproducirse o al primer organismo fecundarse a sí mismo; eso que palpitaba al fondo del mar antes de que cualquier forma de vida asomara a la tierra, y palpitando sorbía, chupaba, creaba otros seres, los expulsaba de sí: la vida en estado bruto y, más tarde la hembra primitiva; no necesariamente la humana, sino cualquier hembra capaz de atraer a su cueva al díscolo y alborotado macho y por un instante calmar su agresividad con el fin, no solo de hacerle realizar el acto que ante la naturaleza, y aparentemente, lo justifica, sino también para recordarle que existe un placer más intenso y quizás más antiguo que el de matar.”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“Pero como para sobrevivir el hombre había debido tolerar la vida en comunidad, y como la vida en comunidad suponía la existencia de deseos individuales convergentes y divergentes, es decir, capaces de asociar o disociar; de construir o destruir, de hacer reinar la armonía o provocar el caos, había sido necesario inventar una estructura de valores adecuada circunstancia, y el deseo, perdiendo su primitiva inocencia, entraba así dentro de las categorías del bien y del mal.”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“... le parecían por el momento uno de esos enemigos que acechan al hombre como la enfermedad y la locura, y contra los cuales es preciso defenderse por dignidad, es decir, para llegar al final de la vida con un cierto decoro evitando en lo posible molestar a la gente, lo mismo que un periódico debe ser cerrado en el estado en que lo abrimos, más manoseado si se quiere, pero de ninguna manera deshojado o destruido. Y no en consideración a nadie, puesto que nadie nos lo dio ni a nadie debemos devolverlo, sino en la medida en que siempre es preferible luchar contra la negligencia, así se se nos diga que a la larga perdemos inexorablemente, porque hasta el mismo periódico irá a parar al tacho de la basura.”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“Porque eso se llamaba adoctrinamiento, y en toda doctrina había más mentira que verdad.”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“Empezó a leer intensamente al comprender que el conocimiento formaba parte del poder”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“La sociedad quería explicaciones simples, tranquilizadoras, un Dios todopoderoso velando sobre sus hijos desde la inmensidad del cielo, una razón de ser para la vida y para la muerte.”
― En diciembre llegaban las brisas
― En diciembre llegaban las brisas
“... en el plan de la materia misma, exactamente como años atrás, cuando creía en un Dios distribuidor de castigos y recompensas, veía en todo acto de sometimiento una repetición del acto debido a la autoridad divina.”
― EN DICIEMBRE LLEGABAN LAS BRISAS
― EN DICIEMBRE LLEGABAN LAS BRISAS
“No era bella como Catalina y carecía del refinamiento de Beatriz. No podía hablarse de gracia al verla, ni siquiera de seducción. No. Tenía algo más remoto y profundo; algo que debió de permitirle a la primera molécula reproducirse o al primer organismo fecundarse a sí mismo; eso que palpitaba al fondo del mar antes de que cualquier forma de vida asomara a la tierra, y palpitando sorbía, chupaba, creaba otros seres, los expulsaba de sí: la vida en estado bruto y, más tarde, la hembra primitiva; no necesariamente la humana, sino cualquier hembra capaz de atraer a su cueva al díscolo y alborotado macho y por un instante calmar su agresividad con el fin, no solo de hacerle realizar el acto que ante la naturaleza, y aparentemente, lo justifica, sino también para recordarle que existe un placer más intenso y quizás más antiguo que el de matar.”
― En diciembre llegaban las brisas
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