Tríptico de la infamia Quotes

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Tríptico de la infamia Tríptico de la infamia by Pablo Montoya
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“Mientras mis dedos se hunden en el pelo de los gatos, concluyo que no hay ningún paraíso terrestre. Solo basta una comunidad de hombres que habite cualquier espacio para darse cuenta, tarde o temprano, de que somos los verdaderos portadores de la desgracia personal y colectiva.”
Pablo Montoya, Tríptico de la infamia
“La humanidad siempre está al borde del abismo y su sed de destrucción no disminuye. A toda hora está tocando las puertas de la calamidad, estimulando el desvarío, abriendo la caja de Pandora de sus demonios internos. En eso consiste su perpetua condición. No, luego de las matanzas lo que queda es el olor ácido y dulzón de la sangre y el de la podredumbre de los cuerpos desmembrados. Después de las matanzas queda una pausa detrás de la cual se adivina nuestro deseo secreto de saborear otras fronteras del horror.”
Pablo Montoya, Tríptico de la infamia
“Los dos gatos que me acompañan ahora significan, además de los fantasmas que desde hace años me acosan, uno de mis pocos modos de aferrarme al mundo. A ese mundo que alguna vez estuvo nimbado de felicidad y que me fue cercenado brutalmente. En este preciso instante hago una pausa en la escritura, tomo el vaso de vino de las noches, y a mis pies siento el tibio ronroneo de mis dos pequeños dioses misteriosos. Les acaricio las orejas, les rasco el cuello y hundo los dedos en sus costados. Me miran, con los ojos entreabiertos, suspendidos en la delicia, y cierran los ojos con una aquiescencia que solo ellos son capaces de expresar.”
pablo montoya, Tríptico de la infamia
“Al aprendiz le agradó su atmósfera desde el principio. Entre el polvo acumulado y el olor del vino y el queso, se deslizaba una fragancia de madera concentrada que se unía al olor de los manuscritos y las tintas.”
Pablo Montoya, Tríptico de la infamia
“Necesitaba haber pasado por ella, haberme entrometido en su cuerpo, para enfrentar mejor el afuera”
Pablo Montoya Campuzano, Tríptico de la infamia
“Yo me aventuro a creer, aunque lo hago reservadamente, pues no ignoro la ciudad que habito, que allá cada quien con su credo y que ojalá algún día todos los hombres comprendieran de una vez por todas que es más sensato establecer en silencio y en soledad las conversaciones con Dios, y no pregonarlas como si fueran un asunto de interés comunal”
Pablo Montoya Campuzano, Tríptico de la infamia
“¿Quién ha tenido, durante estos años de sombras, la oportunidad de mirar esa cara que yo, desde mi memoria destrozada, intento no borrar del todo?”
Pablo Montoya Campuzano, Tríptico de la infamia
“La verdad es que jamás se acostumbra uno a estas atmósferas en las que Cristo, símbolo de una supuesta concordia universal, era el fuego que atizaba los rencores”
Pablo Montoya Campuzano, Tríptico de la infamia
“Esa idea recurrente, con la que pretendemos salvaguardarnos, de que más allá de la noche está el alba, de que el túnel posee su salida y que a la faz tenebrosa la vence la luz, me parece no la fácil constatación de los elementos naturales, sino un argumento falso. Somos inobjetablemente oscuros y ante las formas de la pavura terminamos por caer seducidos. No, más allá de las tinieblas no hay fulgor. Solo más tinieblas, y el inmenso terreno del desamparo”
Pablo Montoya Campuzano, Tríptico de la infamia
“que atendía a los intereses de los”
Pablo Montoya, Tríptico de la infamia