The Book Against Death Quotes
The Book Against Death
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Elias Canetti232 ratings, 3.90 average rating, 48 reviews
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The Book Against Death Quotes
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“The purest expression of culture is an Egyptian tomb, where everything that is vain lies about — utensils, jewelry, nourishment, paintings, sculpture, prayers — and yet the dead person is still not alive.”
― The Book Against Death
― The Book Against Death
“La promesa de la inmortalidad basta para poner en pie una religión.”
― El libro contra la muerte
― El libro contra la muerte
“The sun and death are two things we cannot stare into the eye of.’ — La Rochefoucauld”
― The Book Against Death
― The Book Against Death
“Este mes de noviembre acabará, igual que este año. Algo sigue tirando de nosotros. Nadie sabe cuánto durará todavía este maldito mundo. Utilizando a tres cerdos, les demostraron cómo se degüella a los hombres. Todo estaba previsto. Y ellos obedecían gustosos. Violaban a las mujeres, se las llevaban y las mataban. Una niñita vestida de rojo, de diez años de edad, intentó
ocultarse detrás de su abuela. A todos los mataron a tiros. «Limpiaron» las localidades. No queda más que sangre.
Y cuando los limpien a ellos... Porque el mundo los castigará, todo aquel que lo haya ordenado y todo aquel que lo haya hecho tendrá que morir... Y cuando todos ellos, hasta el último, hayan desaparecido de la faz de la Tierra, quedaremos nosotros, y nosotros lo llevamos todos dentro, cogemos al cerdo por las orejas y tiramos su cabeza hacia atrás.
Tenemos esas orejas y tenemos el cuchillo en las manos y nos degollamos a nosotros, a los otros, a nosotros.”
― Il libro contro la morte
ocultarse detrás de su abuela. A todos los mataron a tiros. «Limpiaron» las localidades. No queda más que sangre.
Y cuando los limpien a ellos... Porque el mundo los castigará, todo aquel que lo haya ordenado y todo aquel que lo haya hecho tendrá que morir... Y cuando todos ellos, hasta el último, hayan desaparecido de la faz de la Tierra, quedaremos nosotros, y nosotros lo llevamos todos dentro, cogemos al cerdo por las orejas y tiramos su cabeza hacia atrás.
Tenemos esas orejas y tenemos el cuchillo en las manos y nos degollamos a nosotros, a los otros, a nosotros.”
― Il libro contro la morte
“Aquella vez en casa de Selimović en Sarajevo pensé: ¡este hombre alto y orgulloso! Como un escocés de las highlands. Por supuesto, había sido partisano. Le gustó luchar. Y yo le tenía respeto porque luchó contra lo peor.
¿Y ahora? ¿Son ahora todos así? ¿Serbios, musulmanes y croatas? ¿Son todos igualmente asesinos? ¿Les gusta?
Con botas se aplastan las cabezas los unos a los otros. El líder de los serbios en el bombardeo de Sarajevo: un médico que trabajó allí en un hospital. Un médico.
Un médico. La palabra gime y a partir de ahora no dejará de gemir.”
― Il libro contro la morte
¿Y ahora? ¿Son ahora todos así? ¿Serbios, musulmanes y croatas? ¿Son todos igualmente asesinos? ¿Les gusta?
Con botas se aplastan las cabezas los unos a los otros. El líder de los serbios en el bombardeo de Sarajevo: un médico que trabajó allí en un hospital. Un médico.
Un médico. La palabra gime y a partir de ahora no dejará de gemir.”
― Il libro contro la morte
“Los millones de años de historia de la Tierra, ¿qué incidencia tienen en la autoestima del hombre moderno?
Éste es el resultado de muchas más cosas que antes. Todo acontece siempre más deprisa, aunque ¡cuánto tiempo se ha estado preparando! La relación de su breve arco vital (incluso si se prolonga) con la increíblemente larga prehistoria tiene algo provocador, embriagador, lo hace capaz de más cosas. Las prohibiciones, gracias a las cuales fue posible la vida entre más hombres, tienen menos peso. No son para ellos más valiosas que una inclinación de la cabeza. En lapsos de tiempo semejantes también ha perecido muchísimo más. El superviviente vuelve la mirada hacia más muertos. Empieza a despreciarlos. Son demasiados. Entre ellos hay generaciones enteras de animales, asesinadas. Ambos son víctimas en apariencia naturales, animales y hombres. Son tantos que se les desprecia.
También podrían ser todos. La distancia entre muchos y todos se reduce. Se empieza a pensar con más frialdad en un cataclismo universal. Como uno puede imaginarlo, se exceptúa – la excepción.
Se ha convertido en un juego o una broma apropiarse del final de los demás y experimentarlo.
Todas esas masas de muertos cada vez mayores no sólo son posibles: también son deseadas para potenciar la supervivencia. APS2”
― Il libro contro la morte
Éste es el resultado de muchas más cosas que antes. Todo acontece siempre más deprisa, aunque ¡cuánto tiempo se ha estado preparando! La relación de su breve arco vital (incluso si se prolonga) con la increíblemente larga prehistoria tiene algo provocador, embriagador, lo hace capaz de más cosas. Las prohibiciones, gracias a las cuales fue posible la vida entre más hombres, tienen menos peso. No son para ellos más valiosas que una inclinación de la cabeza. En lapsos de tiempo semejantes también ha perecido muchísimo más. El superviviente vuelve la mirada hacia más muertos. Empieza a despreciarlos. Son demasiados. Entre ellos hay generaciones enteras de animales, asesinadas. Ambos son víctimas en apariencia naturales, animales y hombres. Son tantos que se les desprecia.
También podrían ser todos. La distancia entre muchos y todos se reduce. Se empieza a pensar con más frialdad en un cataclismo universal. Como uno puede imaginarlo, se exceptúa – la excepción.
Se ha convertido en un juego o una broma apropiarse del final de los demás y experimentarlo.
Todas esas masas de muertos cada vez mayores no sólo son posibles: también son deseadas para potenciar la supervivencia. APS2”
― Il libro contro la morte
“Nada más abominable que la descripción de un último hombre. ¿Para quién moriría? APS2
Hay que suprimir la palabra genocidio. Se ha convertido en la palabra más peligrosa. Es la palabra más tentadora.
Todo cuanto alguna vez ha servido para matar, cada palabra, cada opinión, cada convicción, retorna.
Éste es el único eterno retorno. APS2
¿Qué más has hecho aparte de exigir a los dioses que devuelvan la inmortalidad? APS2
Uno cumple cien años y se pasa a la religión de la muerte. APS2
El hombre que cincuenta y cinco años tras la muerte de su madre la llamaba por su nombre en cada página, me ha liberado de ella.
Desde que he leído su libro, ella se ha desvanecido por vez primera.
APS2”
― Il libro contro la morte
Hay que suprimir la palabra genocidio. Se ha convertido en la palabra más peligrosa. Es la palabra más tentadora.
Todo cuanto alguna vez ha servido para matar, cada palabra, cada opinión, cada convicción, retorna.
Éste es el único eterno retorno. APS2
¿Qué más has hecho aparte de exigir a los dioses que devuelvan la inmortalidad? APS2
Uno cumple cien años y se pasa a la religión de la muerte. APS2
El hombre que cincuenta y cinco años tras la muerte de su madre la llamaba por su nombre en cada página, me ha liberado de ella.
Desde que he leído su libro, ella se ha desvanecido por vez primera.
APS2”
― Il libro contro la morte
“Desconfianza a la obediencia, como si ésta significara obediencia a la muerte.
Allí se sueña con un incendio y se huye, se huye, y siempre se acaba calcinado antes de despertar.”
― Il libro contro la morte
Allí se sueña con un incendio y se huye, se huye, y siempre se acaba calcinado antes de despertar.”
― Il libro contro la morte
“Oculta a tus muertos. Ellos se presentan por sí solos. No los manosees todo el tiempo. Odian estar a tu merced. Morir no significa ir a parar por completo a manos de otro.
De repente todos los mitos que había leído en los años ochenta empezaron a salir de él como gusanos.”
― Il libro contro la morte
De repente todos los mitos que había leído en los años ochenta empezaron a salir de él como gusanos.”
― Il libro contro la morte
“«El agotamiento de los animales»: el primer título para el nuevo libro que realmente estoy considerando.
Tal vez suene muy trivial, pero a mí no me lo parece. No obstante, el libro debería contener algo que se relacione de forma directa con este título.
De hecho, hasta ahora sólo tiene algo que ver la crónica sobre los monos como vendedores en África occidental.
Al horror por el cada vez más logrado exterminio de los animales se suma hoy la perspectiva atormentadora de su transformación artificial a través de nosotros. Comienza la era de las monstruosidades. No se le ve el final a las formas crueles y caprichosas que aparecerán en la Tierra. No se las puede denominar metamorfosis, porque son productos del cálculo y, además, forzadas. En nuestras manos, la creación se convierte en una feria de monstruosidades. No aparecerá nada que no sea deseado por nosotros.
Lo que no sirve a determinados fines se borra. No existe el animal que pueda oponerse a ello. Los mataderos lo hacen de manera sucinta, ¿los consideraremos lo más humano? El hombre se opondrá a la manipulación genética dentro de su propia especie. Tal vez consiga realmente impedirla.
No obstante, cuanto mejor lo logre, tanto más tendrán que pagarlo los animales. Mediante bromas caprichosas cortaremos y ahogaremos algo que por sí habría durado un tiempo indefinido, la supervivencia y expansión de los animales.
Tal vez consigamos fabricar animales que no tengan ni que comer ni que cagar. Aun así los llamaremos animales y estaremos orgullosos de ellos.
Los juegos perversos de los hombres no acaban nunca, salvo en el caso de que él mismo sucumbiera en alguno de esos juegos.”
― Il libro contro la morte
Tal vez suene muy trivial, pero a mí no me lo parece. No obstante, el libro debería contener algo que se relacione de forma directa con este título.
De hecho, hasta ahora sólo tiene algo que ver la crónica sobre los monos como vendedores en África occidental.
Al horror por el cada vez más logrado exterminio de los animales se suma hoy la perspectiva atormentadora de su transformación artificial a través de nosotros. Comienza la era de las monstruosidades. No se le ve el final a las formas crueles y caprichosas que aparecerán en la Tierra. No se las puede denominar metamorfosis, porque son productos del cálculo y, además, forzadas. En nuestras manos, la creación se convierte en una feria de monstruosidades. No aparecerá nada que no sea deseado por nosotros.
Lo que no sirve a determinados fines se borra. No existe el animal que pueda oponerse a ello. Los mataderos lo hacen de manera sucinta, ¿los consideraremos lo más humano? El hombre se opondrá a la manipulación genética dentro de su propia especie. Tal vez consiga realmente impedirla.
No obstante, cuanto mejor lo logre, tanto más tendrán que pagarlo los animales. Mediante bromas caprichosas cortaremos y ahogaremos algo que por sí habría durado un tiempo indefinido, la supervivencia y expansión de los animales.
Tal vez consigamos fabricar animales que no tengan ni que comer ni que cagar. Aun así los llamaremos animales y estaremos orgullosos de ellos.
Los juegos perversos de los hombres no acaban nunca, salvo en el caso de que él mismo sucumbiera en alguno de esos juegos.”
― Il libro contro la morte
“Mucho de lo que escribió hace décadas y no ha vuelto a leer ahora lo anima.
Estos apuntes son sus años guardados. Va extrayendo años de los bolsillos y los va recorriendo. Nunca se confunden, se mantienen separados y le muestran nuevos significados para los cincuenta años siguientes.
¿Con qué se confrontarán entonces? ¿Con qué criaturas? ¿Torcidas,
distorsionadas, dispersas, estiradas? ¿Pasarán sus frases miedo entre tales criaturas? ¿Se ahogarán, se ahorcarán, se asfixiarán? ¿Qué frase posee la fuerza suficiente para mirarle a ese futuro a los ojos? Marx está fuera de lugar. Freud le sigue. Hay miles y miles de ordenadores. ¿Millones? Las estrellas se desintegran ante mis ojos. Ni una sola imagen se sostiene. Lo que Hera restauró está ahora guardado en algún lugar recóndito de Japón.
Allí irá a parar a la hoguera de su comprador, que también arderá.
Maravillas de Van Gogh, ¿quién os recomprará antes de que esto ocurra?
Lo más odiado ha prevalecido. Mucho dinero lo compra todo. Las almas del pasado que dan voces tienen un precio antes de pegarse un tiro en la sien.
Ahora espero la llamada de Johanna por la mañana como antes esperaba la de Hera. Como si la madre se ocultara en la hija y escuchara secretamente cuando ella me habla. Algún día no podrá contenerse y dirá dos palabras en medio de la conversación, y yo me desplomaré muerto de felicidad.”
― Il libro contro la morte
Estos apuntes son sus años guardados. Va extrayendo años de los bolsillos y los va recorriendo. Nunca se confunden, se mantienen separados y le muestran nuevos significados para los cincuenta años siguientes.
¿Con qué se confrontarán entonces? ¿Con qué criaturas? ¿Torcidas,
distorsionadas, dispersas, estiradas? ¿Pasarán sus frases miedo entre tales criaturas? ¿Se ahogarán, se ahorcarán, se asfixiarán? ¿Qué frase posee la fuerza suficiente para mirarle a ese futuro a los ojos? Marx está fuera de lugar. Freud le sigue. Hay miles y miles de ordenadores. ¿Millones? Las estrellas se desintegran ante mis ojos. Ni una sola imagen se sostiene. Lo que Hera restauró está ahora guardado en algún lugar recóndito de Japón.
Allí irá a parar a la hoguera de su comprador, que también arderá.
Maravillas de Van Gogh, ¿quién os recomprará antes de que esto ocurra?
Lo más odiado ha prevalecido. Mucho dinero lo compra todo. Las almas del pasado que dan voces tienen un precio antes de pegarse un tiro en la sien.
Ahora espero la llamada de Johanna por la mañana como antes esperaba la de Hera. Como si la madre se ocultara en la hija y escuchara secretamente cuando ella me habla. Algún día no podrá contenerse y dirá dos palabras en medio de la conversación, y yo me desplomaré muerto de felicidad.”
― Il libro contro la morte
“Esto vuelve a parecer ahora tan terrible como en aquellos años en que, por ambas partes, el monstruoso exceso de peligros mortíferos impedía un estallido. Esta vez, sin embargo, el peligro se ve acrecentado a la manera árabe por las amenazas públicas, las armas son más toscas, cualquier autolimitación ha quedado suprimida. Nunca ha habido una cuenta atrás como esta de los días hasta que estalle la guerra. ¿Es posible una guerra que se anuncie de esta manera? Todas las fuerzas dedicadas a evitarla tienen tiempo para actuar. Pero ¿qué se lograría evitándola? El proceso de desarme, que entre las auténticas potencias comenzó como una gran esperanza, ha sido torpedeado por el libre mercado de armas. Mientras los grandes negociaban entre ellos, armaban a otros, a los pequeños, hasta que éstos se volvieron de pronto grandes, es decir, descarados con su armamento. Ahora habrá que quitarles esas mismas armas. ¿Cómo conseguirlo sin una guerra? El intento de lograrlo mediante la amenaza no es indigno, puesto que no hay otra salida. Pero ¿qué ocurre si la amenaza no se toma en serio? Precisamente éste parece ser el caso.”
― Il libro contro la morte
― Il libro contro la morte
“Todas las vidas desperdiciadas. Todos aquellos que no fueran amados.
Todos aquellos que no pudieron amar. Todos los que no pudieron cuidar a un niño. Todos los que no viajaron. Todos los que no conocieron la diversidad de los animales. Todos los que no escucharon lenguas extranjeras. Todos los que no se asombraron de las credulidades. Todos los que no se pelearon con la muerte. Todos los que no se sintieron embargados por la necesidad de saber. Todos los que no pudieron olvidar su excesivo saber. Todos los que nunca se tambalearon. Todos los que nunca dijeron que no. Todos los que no soñaron con el fin de los asesinatos. Todos los que se dejaron robar sus recuerdos. Todos los que jamás cedieron a su orgullo.
Todos los que no se avergonzaron de los honores recibidos. Todos los que no pudieron empequeñecerse ni desaparecer. Todos los que no supieron mentir sin que sirviera para algo. Todos los que temblaron ante el rayo de la verdad. Todos los que no estaban ávidos de los dioses muertos. Todos los que no se familiarizaron con aquellos cuya lengua no comprendían. Todos los que no dejaron en libertad a los esclavos. Todos los que no se ahogaron en la conmiseración. Todos los que se avergonzaban de no haber matado a nadie. Todos los que no se dejaron saquear por gratitud. Todos los que no se negaban a abandonar la tierra. Todos los que no podían olvidar lo que es un enemigo. Todos los que no se vanagloriaban de andar erguidos. Todos los que no se regalaban pobremente. Todos los que no se dejaban estafar y todos los que olvidaban hasta qué punto habían sido estafados. Todos los que no le cortaban la cabeza a su arrogancia, todos los que no sonreían por sabiduría. Todos los que no se reían por nobleza de espíritu. Todas las vidas desperdiciadas.”
― Il libro contro la morte
Todos aquellos que no pudieron amar. Todos los que no pudieron cuidar a un niño. Todos los que no viajaron. Todos los que no conocieron la diversidad de los animales. Todos los que no escucharon lenguas extranjeras. Todos los que no se asombraron de las credulidades. Todos los que no se pelearon con la muerte. Todos los que no se sintieron embargados por la necesidad de saber. Todos los que no pudieron olvidar su excesivo saber. Todos los que nunca se tambalearon. Todos los que nunca dijeron que no. Todos los que no soñaron con el fin de los asesinatos. Todos los que se dejaron robar sus recuerdos. Todos los que jamás cedieron a su orgullo.
Todos los que no se avergonzaron de los honores recibidos. Todos los que no pudieron empequeñecerse ni desaparecer. Todos los que no supieron mentir sin que sirviera para algo. Todos los que temblaron ante el rayo de la verdad. Todos los que no estaban ávidos de los dioses muertos. Todos los que no se familiarizaron con aquellos cuya lengua no comprendían. Todos los que no dejaron en libertad a los esclavos. Todos los que no se ahogaron en la conmiseración. Todos los que se avergonzaban de no haber matado a nadie. Todos los que no se dejaron saquear por gratitud. Todos los que no se negaban a abandonar la tierra. Todos los que no podían olvidar lo que es un enemigo. Todos los que no se vanagloriaban de andar erguidos. Todos los que no se regalaban pobremente. Todos los que no se dejaban estafar y todos los que olvidaban hasta qué punto habían sido estafados. Todos los que no le cortaban la cabeza a su arrogancia, todos los que no sonreían por sabiduría. Todos los que no se reían por nobleza de espíritu. Todas las vidas desperdiciadas.”
― Il libro contro la morte
“¿Qué pensar cuando allí los hacen pedazos? ¿Qué pensar cuando no hay remedio?
Siempre me ha aterrado la vulgar comida como contenido más profundo de la vida. ¿Ha cambiado algo? ¿Puede algo cambiar? Vives de la vulgar comida. Todos viven de la vulgar comida. Tus ojos se empañan, pero aun así la sigues viendo. ¿Cómo puede el hombre sustraerse a los efectos de la vulgar comida, de la cual vive?
Ahora intenta salvar los últimos ejemplares de algunas especies animales a las que casi ha exterminado. Tal vez ni siquiera consiga salvarlos. Él, en cambio, se multiplica rápidamente, no hay manera de salvarse de él en la Tierra. ¿Acabará asfixiado por sí mismo, por su propio número?
Esta guerra, un espectáculo ofrecido todos los días, a todas horas... ¿Qué necesitarán cuando acabe, qué tendrán que inventar entonces?
No veo nada de ello, pero lo escucho y leo sin cesar, tal vez sea lo último que lean mis ojos.
Sería, a decir verdad, el cierre desconsolador de una vida dedicada a la lectura... Pero ¿importa aún la vida de un individuo?
Haga lo que haga, me parece despreciable, porque no he conseguido cambiar nada en absoluto. Por tanto, miras con desdén tu vida, que seguirá siendo despreciable aunque nunca haya existido otra vida más llena de sentido.”
― Il libro contro la morte
Siempre me ha aterrado la vulgar comida como contenido más profundo de la vida. ¿Ha cambiado algo? ¿Puede algo cambiar? Vives de la vulgar comida. Todos viven de la vulgar comida. Tus ojos se empañan, pero aun así la sigues viendo. ¿Cómo puede el hombre sustraerse a los efectos de la vulgar comida, de la cual vive?
Ahora intenta salvar los últimos ejemplares de algunas especies animales a las que casi ha exterminado. Tal vez ni siquiera consiga salvarlos. Él, en cambio, se multiplica rápidamente, no hay manera de salvarse de él en la Tierra. ¿Acabará asfixiado por sí mismo, por su propio número?
Esta guerra, un espectáculo ofrecido todos los días, a todas horas... ¿Qué necesitarán cuando acabe, qué tendrán que inventar entonces?
No veo nada de ello, pero lo escucho y leo sin cesar, tal vez sea lo último que lean mis ojos.
Sería, a decir verdad, el cierre desconsolador de una vida dedicada a la lectura... Pero ¿importa aún la vida de un individuo?
Haga lo que haga, me parece despreciable, porque no he conseguido cambiar nada en absoluto. Por tanto, miras con desdén tu vida, que seguirá siendo despreciable aunque nunca haya existido otra vida más llena de sentido.”
― Il libro contro la morte
“Esto empeora. Se demuestra que el maldito era un peligro mucho más
grande de lo que se creía. Si no lo derriban, todo cambiará, en el mundo entero.
El fanatismo contagioso, que desde hace más de un milenio siempre ha existido en algún sitio, ha encontrado a su líder más peligroso.
Sería un autoengaño deplorable no darse cuenta de ello, como hace
cincuenta y dos años en Múnich.
El islam, la masa potencialmente más grande que ha habido nunca, será activada por Sadam a una velocidad de vértigo, es decir, se convertirá
realmente en masa. El riesgo aumenta con cada día que resiste. No tiene ningún sentido contar con que ceda. No cederá nunca. Aguanta tres o seis millones de muertos, tal como ha asegurado. Es decir, lo aguanta todo.
Cuenta con que Estados Unidos no soportaría diez mil bajas. Con lo cual tiene razón, dicho sea en honra de Estados Unidos. Por tanto, se trata de una única víctima: él. La proporcionará.”
― Il libro contro la morte
grande de lo que se creía. Si no lo derriban, todo cambiará, en el mundo entero.
El fanatismo contagioso, que desde hace más de un milenio siempre ha existido en algún sitio, ha encontrado a su líder más peligroso.
Sería un autoengaño deplorable no darse cuenta de ello, como hace
cincuenta y dos años en Múnich.
El islam, la masa potencialmente más grande que ha habido nunca, será activada por Sadam a una velocidad de vértigo, es decir, se convertirá
realmente en masa. El riesgo aumenta con cada día que resiste. No tiene ningún sentido contar con que ceda. No cederá nunca. Aguanta tres o seis millones de muertos, tal como ha asegurado. Es decir, lo aguanta todo.
Cuenta con que Estados Unidos no soportaría diez mil bajas. Con lo cual tiene razón, dicho sea en honra de Estados Unidos. Por tanto, se trata de una única víctima: él. La proporcionará.”
― Il libro contro la morte
“Dicen «creación», y cada cual sería creativo si lo dejaran hacer. Luego lo dejan hacer y, creativamente, lo destruye todo.
¿No podrían los estadounidenses empezar la guerra de tal manera que sus aviones sólo lo persigan a él, a Sadam? No deberían atacar nada más, ni destruir nada más, todo el mundo debería comprender que con su detención o muerte la guerra acabaría.
Ninguna amenaza a cómplices o a coautores, amenaza sólo a él y de tal manera que todos lo sepan.
¿Se ha intentado seriamente algo así alguna vez?”
― Il libro contro la morte
¿No podrían los estadounidenses empezar la guerra de tal manera que sus aviones sólo lo persigan a él, a Sadam? No deberían atacar nada más, ni destruir nada más, todo el mundo debería comprender que con su detención o muerte la guerra acabaría.
Ninguna amenaza a cómplices o a coautores, amenaza sólo a él y de tal manera que todos lo sepan.
¿Se ha intentado seriamente algo así alguna vez?”
― Il libro contro la morte
“¿No sería más correcto que no quedase nada de una vida, absolutamente nada? ¿Que la muerte significase extinguirse de pronto en todos los que retengan alguna imagen de uno? ¿No sería más cortés frente a los que vendrán? Pues tal vez todo lo que queda de nosotros constituye una exigencia que los abruma. Quizá por eso no es libre el hombre, porque queda demasiado de los muertos en él, y ese mucho se resiste a extinguirse. SDM
Hay muertos en los que nunca pensamos con nostalgia. Y algunos muy valiosos entre ellos. SDM
Cuando dice que sólo cree en la metamorfosis quiere decir que se ejercita en la evasión, sabiendo a ciencia cierta que él aún no escapará a la muerte, aunque otros, tal vez, algún día otros... SDM”
― Il libro contro la morte
Hay muertos en los que nunca pensamos con nostalgia. Y algunos muy valiosos entre ellos. SDM
Cuando dice que sólo cree en la metamorfosis quiere decir que se ejercita en la evasión, sabiendo a ciencia cierta que él aún no escapará a la muerte, aunque otros, tal vez, algún día otros... SDM”
― Il libro contro la morte
“Monstruos de vidrio de una claridad tremenda; cómo se rompen. La música de su destrucción.
El ser humano rejuvenece gracias a los animales a los que perdona la vida. Y envejece en sus cacerías.”
― Il libro contro la morte
El ser humano rejuvenece gracias a los animales a los que perdona la vida. Y envejece en sus cacerías.”
― Il libro contro la morte
“Indeciblemente triste el saber huérfano.
El orden del comerciante reside en la suma. El mundo se hunde. Él suma. Los niños se mueren de hambre. Él suma. Los amigos se ahogan. Él suma.
Los médicos lo boicotearon, él se curó y les dio las gracias en cartas
rebosantes de entusiasmo.
Lo «pueril» en ti reside en no haber reconocido –después de setenta y ocho años– la muerte de tu padre cuando tenías siete. Esta puerilidad, precisamente esta puerilidad, es lo que necesitaría el mundo.
Estoy totalmente escindido y no sé cuál es la solución.
Escindido también en la cuestión del Golfo. Es imposible dejar hacer a Sadam. Para muchos se trata del petróleo. Pero se trata también de algo más, de mayor importancia.
Echar a Sadam significa guerra, con todos los medios, incluso con aquellos que fueron por fin prohibidos. Con medios nuevos que, una vez utilizados, estarán en el mundo. Estoy contra cualquier tipo de asesinato. La única solución para el Golfo consiste en asesinar a Sadam. Estoy a favor de ese asesinato.”
― Il libro contro la morte
El orden del comerciante reside en la suma. El mundo se hunde. Él suma. Los niños se mueren de hambre. Él suma. Los amigos se ahogan. Él suma.
Los médicos lo boicotearon, él se curó y les dio las gracias en cartas
rebosantes de entusiasmo.
Lo «pueril» en ti reside en no haber reconocido –después de setenta y ocho años– la muerte de tu padre cuando tenías siete. Esta puerilidad, precisamente esta puerilidad, es lo que necesitaría el mundo.
Estoy totalmente escindido y no sé cuál es la solución.
Escindido también en la cuestión del Golfo. Es imposible dejar hacer a Sadam. Para muchos se trata del petróleo. Pero se trata también de algo más, de mayor importancia.
Echar a Sadam significa guerra, con todos los medios, incluso con aquellos que fueron por fin prohibidos. Con medios nuevos que, una vez utilizados, estarán en el mundo. Estoy contra cualquier tipo de asesinato. La única solución para el Golfo consiste en asesinar a Sadam. Estoy a favor de ese asesinato.”
― Il libro contro la morte
“La sed de matar estatal de los alemanes se ha convertido, por obra y gracia de su nacimiento, en la de los proveedores alemanes. Para cada forma de muerte se encuentra siempre a algunos dispuestos a ejecutarla.
No consigue uno desprenderse de la sensación de que son muchos los que se apuntan a este tipo de negocio, y no sólo porque se trata de ir contra los judíos.
La primera vez que volví a Viena después de la guerra, estaba en un autobús frente a dos hombres adultos que me miraron de arriba abajo. «G.K.T.», dijo uno, y el otro asintió con la cabeza.
Después pregunté a un conocido lo que significaba eso. «¿No lo sabe usted?», preguntó extrañado. «Quiere decir Gaskammer-Tachinierer [‘gandul de las cámaras de gas’] y significa ‘judío de mierda’».
Allí preguntan primero a cada cual si desea morir. A quien no quiere, lo mantienen caliente en una incubadora. Al cabo de un tiempo vuelven a formularle la pregunta.
No he matado a nadie, soy virgen, como me dijo D. desde lo alto del caballo. Pero ¡cuántos animales he comido! ¿Soy aun así virgen o soy un asesino de lo más vil?”
― Il libro contro la morte
No consigue uno desprenderse de la sensación de que son muchos los que se apuntan a este tipo de negocio, y no sólo porque se trata de ir contra los judíos.
La primera vez que volví a Viena después de la guerra, estaba en un autobús frente a dos hombres adultos que me miraron de arriba abajo. «G.K.T.», dijo uno, y el otro asintió con la cabeza.
Después pregunté a un conocido lo que significaba eso. «¿No lo sabe usted?», preguntó extrañado. «Quiere decir Gaskammer-Tachinierer [‘gandul de las cámaras de gas’] y significa ‘judío de mierda’».
Allí preguntan primero a cada cual si desea morir. A quien no quiere, lo mantienen caliente en una incubadora. Al cabo de un tiempo vuelven a formularle la pregunta.
No he matado a nadie, soy virgen, como me dijo D. desde lo alto del caballo. Pero ¡cuántos animales he comido! ¿Soy aun así virgen o soy un asesino de lo más vil?”
― Il libro contro la morte
“¿Sería correcto, por tanto, cerrar los ojos antes de morir? ¡No, no y no! Abrir los ojos de par en par ante la muerte, maldecirla y maldecirla y volver a maldecirla. No intentar apaciguarla limitándose en el rechazo o pronunciando alguna bendición de vez en cuando.
Porque importa que existan cada vez más hombres y seres en general, no se trata de rodearla aludiendo a su número, la cuestión es atacar a la muerte en cada individuo, sin considerar cuántos pueda haber. La cuestión del número es irrelevante, el individuo, cada individuo, se enfrenta a la muerte, y cada uno debe superar la lucha contra ella.”
― Il libro contro la morte
Porque importa que existan cada vez más hombres y seres en general, no se trata de rodearla aludiendo a su número, la cuestión es atacar a la muerte en cada individuo, sin considerar cuántos pueda haber. La cuestión del número es irrelevante, el individuo, cada individuo, se enfrenta a la muerte, y cada uno debe superar la lucha contra ella.”
― Il libro contro la morte
“«Todo tiene su tiempo.» No la muerte, que no tiene ninguno.
El muchacho que en aquella ocasión reaccionó violentamente contra mis frases sobre la supervivencia. Su padre había muerto, él sabía de qué hablaba y se enfrentó lleno de ira y desprecio contra mi «teoría». No había sentido ninguna satisfacción con la muerte de su padre, ninguna, ni el menor rastro de satisfacción. De pie entre mucha gente que tras la lectura se arremolinó en torno a mí, él me exigió una respuesta, conocía aquello de otro modo, estaba tan enfadado por mis afirmaciones que a mí me habría encantado abrazarlo. Pero le corté la palabra y dije que no pensaba «discutir allí».
Deberías enfrentarte nuevamente, a miles, en un discurso inmediato.
Deberías ser asesinado.
La idea y esta «exigencia» que te haces a ti mismo de ser asesinado, te
aproxima al cristianismo. La idea de ser mártir de tu fe te atrae.
Los días buenos, en los que él no acepta creer en nada, ni en la muerte, ni en la resurrección, ni en la edad biológica.”
― Il libro contro la morte
El muchacho que en aquella ocasión reaccionó violentamente contra mis frases sobre la supervivencia. Su padre había muerto, él sabía de qué hablaba y se enfrentó lleno de ira y desprecio contra mi «teoría». No había sentido ninguna satisfacción con la muerte de su padre, ninguna, ni el menor rastro de satisfacción. De pie entre mucha gente que tras la lectura se arremolinó en torno a mí, él me exigió una respuesta, conocía aquello de otro modo, estaba tan enfadado por mis afirmaciones que a mí me habría encantado abrazarlo. Pero le corté la palabra y dije que no pensaba «discutir allí».
Deberías enfrentarte nuevamente, a miles, en un discurso inmediato.
Deberías ser asesinado.
La idea y esta «exigencia» que te haces a ti mismo de ser asesinado, te
aproxima al cristianismo. La idea de ser mártir de tu fe te atrae.
Los días buenos, en los que él no acepta creer en nada, ni en la muerte, ni en la resurrección, ni en la edad biológica.”
― Il libro contro la morte
“Ya es hora de que investigues la peligrosidad de tus frases contra la muerte.
Hay algo en ellas que incita a algunos a asesinar. ¿Qué es?
Sin duda, la expresión «enemigo mortal», que has transformado y a la que has dado un sentido propio, concretamente de ‘enemigo de la muerte’, resulta contagiosa. Quien la capta con suficiente intensidad, se percibe de pronto como un enemigo mortal, no de la forma mítica o abstracta de la muerte, sino de un ser humano al que concibe como enemigo y al que debería herir. Surge entonces la necesidad de herirlo. El carácter implacable de mi rechazo a la muerte, que transmito sin ambages, posee algo asesino.
Y esto es lo contagioso, aunque en el caso de los demás no está decidido aún contra quién se dirigirán esos deseos asesinos. Los acogen tal como vienen y a continuación determinan qué hacer dependiendo de sus propias necesidades.”
― Il libro contro la morte
Hay algo en ellas que incita a algunos a asesinar. ¿Qué es?
Sin duda, la expresión «enemigo mortal», que has transformado y a la que has dado un sentido propio, concretamente de ‘enemigo de la muerte’, resulta contagiosa. Quien la capta con suficiente intensidad, se percibe de pronto como un enemigo mortal, no de la forma mítica o abstracta de la muerte, sino de un ser humano al que concibe como enemigo y al que debería herir. Surge entonces la necesidad de herirlo. El carácter implacable de mi rechazo a la muerte, que transmito sin ambages, posee algo asesino.
Y esto es lo contagioso, aunque en el caso de los demás no está decidido aún contra quién se dirigirán esos deseos asesinos. Los acogen tal como vienen y a continuación determinan qué hacer dependiendo de sus propias necesidades.”
― Il libro contro la morte
“Cada vez más se consolida en mí la convicción de que los responsables de la muerte de Benjamin fueron sus amigos, sobre todo Horkheimer y Adorno, pero también Scholem.
Eso sí, tiendo a buscar culpables para cada suicidio.*
De los fuegos artificiales a los misiles terminales. Contribución china al apocalipsis.”
― Il libro contro la morte
Eso sí, tiendo a buscar culpables para cada suicidio.*
De los fuegos artificiales a los misiles terminales. Contribución china al apocalipsis.”
― Il libro contro la morte
“¿Hasta cuándo hemos de vivir para desprendernos de aquello con lo que nos intoxicaron en los primeros años?”
― Il libro contro la morte
― Il libro contro la morte
“Su ventaja: que en la era de Freud y de Henry Miller se aparte de las consideraciones sobre asuntos sexuales. Ya lo hacen los demás, para eso no se le necesita. Él apunta a algo más sospechoso, sobre lo cual nadie sabe nada: la muerte.
Una muerte muy bella: dormirse en la nieve antes de que la tierra explote en la próxima guerra.”
― Il libro contro la morte
Una muerte muy bella: dormirse en la nieve antes de que la tierra explote en la próxima guerra.”
― Il libro contro la morte
“Mi única esperanza es ahora el libro sobre la muerte. La semana pasada me acerqué a él un poquito, desde una distancia enorme. Sea como fuere, noto que existe una plétora sorprendente de cosas que tendría que decir, siempre y cuando me pusiera manos a la obra.
No serán en absoluto esas cosas lineales, un tanto limitadas y demasiado seguras que he estado diciendo al respecto durante toda mi vida. Concederé la palabra a cualquier duda, incluso a todos los amigos de la muerte. Han de hablar con sus voces más potentes y convincentes. Quiero que se manifiesten de tal manera que dé la impresión de que no cabe ninguna posibilidad de refutarlos, porque, una vez hayan dicho todo, una vez se hayan expresado de forma tan sólida y concluyente que yo mismo parezca anonadado ante ellos, deseo encontrar nuevas fuerzas para derrotarlos.
Hasta ahora me lo he puesto demasiado fácil. El griterío de afirmación de la vida que soltaba ha sido ridículo y pueril.
Cualquier enemigo envidioso y vil podría aferrarse a eso y desacreditar mi idea culminante, el proyecto de mi vida.
Así no puede ser, con afirmación y refutación, con la repetición permanente de la misma frase. Para eso podría sentarme con las piernas cruzadas en un rincón de la habitación y pronunciar cinco mil veces al día ¡Alá! ¡Alá! ¡Alá!
¿Nunca has tenido esta sensación de que podría estar equivocado tu
proyecto fundamental? ¿Realmente no has dudado nunca de él?
No, jamás he dudado de él. Tengo que crear primero las dudas y
plantarlas ante mí y ante los otros para obtener el derecho de no dudar.
Hay algo rígido en cuanto he hecho, y eso no se debe al lenguaje, sino a la sustancia. Es como si siguiera siendo el mismo desde hace sesenta y ocho años, desde la repentina muerte de mi padre. La muerte, que llevo clavada desde entonces, me ha marcado, no puedo desprenderme de ella.
Tengo que cambiar. Puede que resulte ridículo decir esto a los setenta y cinco años. Sin embargo, sólo ahora sé que debo cambiar, y hasta qué punto. Es poco probable que lo consiga. No obstante, valdría la pena intentarlo, por insólito.
Trata de imaginar cómo podrías cambiar.”
― Il libro contro la morte
No serán en absoluto esas cosas lineales, un tanto limitadas y demasiado seguras que he estado diciendo al respecto durante toda mi vida. Concederé la palabra a cualquier duda, incluso a todos los amigos de la muerte. Han de hablar con sus voces más potentes y convincentes. Quiero que se manifiesten de tal manera que dé la impresión de que no cabe ninguna posibilidad de refutarlos, porque, una vez hayan dicho todo, una vez se hayan expresado de forma tan sólida y concluyente que yo mismo parezca anonadado ante ellos, deseo encontrar nuevas fuerzas para derrotarlos.
Hasta ahora me lo he puesto demasiado fácil. El griterío de afirmación de la vida que soltaba ha sido ridículo y pueril.
Cualquier enemigo envidioso y vil podría aferrarse a eso y desacreditar mi idea culminante, el proyecto de mi vida.
Así no puede ser, con afirmación y refutación, con la repetición permanente de la misma frase. Para eso podría sentarme con las piernas cruzadas en un rincón de la habitación y pronunciar cinco mil veces al día ¡Alá! ¡Alá! ¡Alá!
¿Nunca has tenido esta sensación de que podría estar equivocado tu
proyecto fundamental? ¿Realmente no has dudado nunca de él?
No, jamás he dudado de él. Tengo que crear primero las dudas y
plantarlas ante mí y ante los otros para obtener el derecho de no dudar.
Hay algo rígido en cuanto he hecho, y eso no se debe al lenguaje, sino a la sustancia. Es como si siguiera siendo el mismo desde hace sesenta y ocho años, desde la repentina muerte de mi padre. La muerte, que llevo clavada desde entonces, me ha marcado, no puedo desprenderme de ella.
Tengo que cambiar. Puede que resulte ridículo decir esto a los setenta y cinco años. Sin embargo, sólo ahora sé que debo cambiar, y hasta qué punto. Es poco probable que lo consiga. No obstante, valdría la pena intentarlo, por insólito.
Trata de imaginar cómo podrías cambiar.”
― Il libro contro la morte
“Se asesina en todas partes. Pero hay unos cuantos países civilizados en los que el asesinato no se decreta oficialmente. Esto suena a nada, pero es muchísimo.
El aburrimiento inherente a la idea del amor al hombre: no aborrece a tanta gente, ¿y debe acaso amar a todos?
Pero uno no aborrecería a nadie de quien supiera que debe morir muy
pronto.
El precepto del amor al hombre se alimenta de su mortalidad.
Allí, en el momento de la muerte cada cual se sumía por completo en el olvido.”
― Il libro contro la morte
El aburrimiento inherente a la idea del amor al hombre: no aborrece a tanta gente, ¿y debe acaso amar a todos?
Pero uno no aborrecería a nadie de quien supiera que debe morir muy
pronto.
El precepto del amor al hombre se alimenta de su mortalidad.
Allí, en el momento de la muerte cada cual se sumía por completo en el olvido.”
― Il libro contro la morte
“La promesa de una vida más allá, en algún lugar, dondequiera que sea, crea una rigurosa separación de la vida de aquí. Es una exclusión enmascarada: ¡quédate allí y mantente lejos de mí!
Pero ¿debe un muerto mantenerse lejos de uno? ¿No debe uno
exponerse a él? Por muy pérfidamente que se comporte el muerto, el vivo merece esa perfidia. Sin embargo, ¿qué ocurre si el abrirse al muerto provoca tal miedo que se debilita la resistencia a la muerte propia? ¿Si el muerto consigue realmente arrastrarlo a uno al otro lado? ¿Hay que ceder también en ese caso y no cerrarse ante él?
Sobre el trato con los propios muertos aún hay que decirlo todo.
Después de años de dolor él puede conseguir algo como ligereza y gracia.
Intento de pensar en la muerte como si hubiera pasado.
Él batió palmas y apareció la muerte. Era lo único en lo que podía confiar.
Un personaje claro, que nunca llegara de forma indeseada, ¿sería también la muerte?”
― Il libro contro la morte
Pero ¿debe un muerto mantenerse lejos de uno? ¿No debe uno
exponerse a él? Por muy pérfidamente que se comporte el muerto, el vivo merece esa perfidia. Sin embargo, ¿qué ocurre si el abrirse al muerto provoca tal miedo que se debilita la resistencia a la muerte propia? ¿Si el muerto consigue realmente arrastrarlo a uno al otro lado? ¿Hay que ceder también en ese caso y no cerrarse ante él?
Sobre el trato con los propios muertos aún hay que decirlo todo.
Después de años de dolor él puede conseguir algo como ligereza y gracia.
Intento de pensar en la muerte como si hubiera pasado.
Él batió palmas y apareció la muerte. Era lo único en lo que podía confiar.
Un personaje claro, que nunca llegara de forma indeseada, ¿sería también la muerte?”
― Il libro contro la morte
“El hombre, elegantemente vestido, lo tomó de la mano y dijo: «Ven». Pero él se informó sobre el esqueleto y no fue.”
― Il libro contro la morte
― Il libro contro la morte
