Fortunata y Jacinta II Quotes

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Fortunata y Jacinta II Fortunata y Jacinta II by Benito Pérez Galdós
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Fortunata y Jacinta II Quotes Showing 1-2 of 2
“-Y ahora te pregunto yo -dijo Fortunata más cariñosa, pero bastante más seria-. Si yo fuera soltera, ¿te casarías conmigo?
-Sobre esto ya sabes cuales son mis ideas -replicó él de buen humor-. ¿Crees que han variado desde que estoy enfermo, y que lo hombres piensan de un modo cuando tienen el estomago como un reloj, y de otro cuando la máquina principia a descomponerse? Algo de esto pasa, chulita, y una cosa es hablar desde la altura de una salud perfecta y otra al borde del hoyo... Pero en esto del matrimonio te aseguro que no han variado mis ideas. Sigo creyendo que el casarse es estúpido, y me iré para el otro barrio sin apearme de esto. ¡Qué quieres! Yo he visto mucho mundo... A mi no me la da nadie. Sé que es una condición precisa del amor la no duración, y que todos los que se comprometen a adorarse mientras vivan, el noventa por ciento, créetelo, a los dos años se consideran prisioneros el uno del otro, y darían algo por el soltar grillete. Lo que llaman infidelidad no es más que el fuero de la naturaleza que quiere imponerse contra el despotismo social, y por eso verás que soy tan indulgente con los y las que se pronuncian.”
Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta. Dos historias de casadas II
“-Esto que te cuento no es un enredo; es verdad. Ese hombre está enamorado de otra mujer, Y tu la conoces. Aprende pues. Ahí tienes la maravillosa arma de la lógica humana, con la cual te hiero para sanarte. Más vale morir aprendiendo, que vivir ignorando. Esta lección terrible puede llevarte hasta la santidad, que es el estado en que yo me encuentro. ¿Y quién me ha traido a mi a este bendito estado? Pues una lección, una simple lección. Mira Fortunata, bendito sea el cuchillo que sana.
-Falta que sea verdad lo que cuentas- dijo la víctima defendiéndose
Tú podrás creerlo o no creerlo, como un enfermo puede tomar o no la medicina que el médico le da. Porque esto es la medicina de tu conciencia.”
Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta. Dos historias de casadas II