A contracorriente Quotes
A contracorriente
by
Noe Casado435 ratings, 3.66 average rating, 32 reviews
A contracorriente Quotes
Showing 1-11 of 11
“—Quieres escuchar una sarta de bonitas palabras. Todas ellas tan desgastadas y carentes de sentido que ya han perdido su valor. Palabras que muchos utilizan sin tener detrás el respaldo sólido de hechos que las avalen.
—¿Tanto te cuesta? —inquirió ella también en voz baja.”
― A contracorriente
—¿Tanto te cuesta? —inquirió ella también en voz baja.”
― A contracorriente
“—Querida mía, ¿sabes que desde que estamos juntos mi existencia empieza a tener sentido?
—Te repites, querido; esa me la dijiste ayer —replicó ella riéndose ante el despliegue romántico de James.
—Hummm, sí, tienes razón.”
― A contracorriente
—Te repites, querido; esa me la dijiste ayer —replicó ella riéndose ante el despliegue romántico de James.
—Hummm, sí, tienes razón.”
― A contracorriente
“—Antes de que se me olvide. ¿Te he dicho ya, lucero del alba, lo mucho que te
quiero?
Ella puso los ojos en blanco.
James, por increíble que pareciera, se había empeñado
en agasajarla con constantes frases románticas, a cual más cursi.
Incluso le sorprendió un día en su despacho leyendo un libro de poesía y copiando versos en un papel para dedicárselos.
Samantha sabía que era su forma de castigarla por obligarle a declararse de aquella manera. Ahora tendría que aguantar indefinidamente las cursilerías de su marido.”
― A contracorriente
quiero?
Ella puso los ojos en blanco.
James, por increíble que pareciera, se había empeñado
en agasajarla con constantes frases románticas, a cual más cursi.
Incluso le sorprendió un día en su despacho leyendo un libro de poesía y copiando versos en un papel para dedicárselos.
Samantha sabía que era su forma de castigarla por obligarle a declararse de aquella manera. Ahora tendría que aguantar indefinidamente las cursilerías de su marido.”
― A contracorriente
“—Una vez al año… joder. Te doy la mano y tú coges el brazo.
—Lo tomas o lo dejas.
Él, sin dejar de mirarla, no pensó en su oferta, pues estaba más que claro que iba a aceptarla. ¿Qué loco no lo haría?
Simplemente se sentía orgulloso de ella, lista como pocas. Eso demostraba la mujer de negocios que llegaría a ser algún día.
De haber aceptado a la primera hasta se hubiera sentido un poco defraudado.
—Está bien.
—¿Trato hecho? —Ella le tendió una mano.
—No seas ridícula —respondió agachando la cabeza para besarla como es debido. Esto era un negocio para toda la vida y no un acuerdo que podía diluirse. Qué menos que un beso de escándalo para sellar el pacto.”
― A contracorriente
—Lo tomas o lo dejas.
Él, sin dejar de mirarla, no pensó en su oferta, pues estaba más que claro que iba a aceptarla. ¿Qué loco no lo haría?
Simplemente se sentía orgulloso de ella, lista como pocas. Eso demostraba la mujer de negocios que llegaría a ser algún día.
De haber aceptado a la primera hasta se hubiera sentido un poco defraudado.
—Está bien.
—¿Trato hecho? —Ella le tendió una mano.
—No seas ridícula —respondió agachando la cabeza para besarla como es debido. Esto era un negocio para toda la vida y no un acuerdo que podía diluirse. Qué menos que un beso de escándalo para sellar el pacto.”
― A contracorriente
“—Te quiero, Samantha. Eres el aire que respiro. La luz de mi oscuridad. Mi guía cuando estoy perdido. No puedo dejar de pensar en ti. Solo tú haces que mi corazón siga latiendo. Solo vivo por ti. Eres poesía para mis sentidos.
No me bastan las manos para tocarte, los ojos para mirarte.
Eres todo lo que quise, lo que deseé. Eres… —Se calló, y no porque no tuviera frases hechas en su repertorio para continuar, sino porque notaba que ella se agitaba entre sus brazos. ¿Estaba llorando?
(...)
Arrugó el entrecejo al darse cuenta de un detalle…
Sí, estaba llorando, pero la muy… ¡Se estaba partiendo de risa! A su costa.
Descaradamente, sin ninguna vergüenza se carcajeaba de sus palabras.
—Es la declaración más ridícula y falsa que he escuchado en mi vida —dijo entre risas.”
― A contracorriente
No me bastan las manos para tocarte, los ojos para mirarte.
Eres todo lo que quise, lo que deseé. Eres… —Se calló, y no porque no tuviera frases hechas en su repertorio para continuar, sino porque notaba que ella se agitaba entre sus brazos. ¿Estaba llorando?
(...)
Arrugó el entrecejo al darse cuenta de un detalle…
Sí, estaba llorando, pero la muy… ¡Se estaba partiendo de risa! A su costa.
Descaradamente, sin ninguna vergüenza se carcajeaba de sus palabras.
—Es la declaración más ridícula y falsa que he escuchado en mi vida —dijo entre risas.”
― A contracorriente
“Había jugado sucio con ella. La primera regla no escrita de los amantes era no criticar lo que mutuamente se ha disfrutado, ni mucho menos utilizarlo como arma arrojadiza.
Pero se sentía tan jodido con la reiterada negativa de ella… cosa difícil de explicar.”
― A contracorriente
Pero se sentía tan jodido con la reiterada negativa de ella… cosa difícil de explicar.”
― A contracorriente
“Samantha movió los labios, él entendió perfectamente qué decía sin voz.”
― A contracorriente
― A contracorriente
“Siempre resulta más reconfortante echar las culpas a otro que pensar en las debilidades propias.”
― A contracorriente
― A contracorriente
“Dejarle creer que se salía con la suya era mucho mejor que ganarle abiertamente”
― A contracorriente
― A contracorriente
“Donde las dan las toman y callar es bueno.”
― A contracorriente
― A contracorriente
“Quien evita la tentación evita el peligro.”
― A contracorriente
― A contracorriente
