En un rincón del alma Quotes

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En un rincón del alma En un rincón del alma by Antonia J. Corrales
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En un rincón del alma Quotes Showing 1-30 of 38
“... porque la vida, el futuro, es un cruce de caminos y siempre hay más de una elección.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Nos dejamos llevar por el miedo a las habladurías, por ese estúpido: qué dirán. El qué dirán de unos cuantos a los que nada debíamos, que nada nos dieron ni nos darán.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Los años nos envejecen, arrugan nuestra piel, nos desgarran el alma. Desvelan todos los rincones que permanecen ocultos en nuestro sentir. Destapan los pozos negros de nuestra conciencia. Nos dejan ver los precipicios escondidos en las llanuras, camuflados en la fantasía de la ilusión y, entonces, todo comienza a parecer lo que es. Entonces es cuando emprendemos esa absurda carrera contra el tiempo, olvidándonos de que hemos empezado a correr a destiempo.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“intelectual, demasiado intelectual. Ese, como dice Carlos, es mi mayor problema, que pienso demasiado y pensar no es bueno.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Después de aquello pasaron los días, los meses y, con ellos, llegaron los espacios indefinidos, incontables; tan monótonos como insoportables. El tiempo joven envejeció sin tener la delicadeza de pedirnos permiso. Se convirtió en un tiempo de adultos para adultos. Comenzó a correr más rápido; se hizo veloz. Despreció nuestras necesidades, todas esas cosas que queríamos hacer. Todo comenzó a pasar por nuestro lado obviando nuestra presencia. Sin darnos cuenta nos convertimos en lo que nunca quisimos ser. Sin pensarlo, aprendimos a pensar, adquiriendo la necesidad de hacerlo. El mar, aquel mar de nuestra juventud, también se fue. Se fue con nuestra libertad, con aquella libertad efímera, con aquella manera especial de ser y de vivir. Ese mar de libertad se fue de nuestras vidas para no volver; porque era un mar de noveles, lleno del agua de la inexperiencia, exento de miedo, carente de responsabilidad, ajeno a los problemas, preñado de ilusión.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Aturdida en una casa llena de muebles estúpidos y traicioneros, que se llenaban de polvo en cuanto los perdía de vista.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Tal vez ahí resida el misterio de la supervivencia, en creer que uno es feliz, en no distinguir la alegría de la felicidad.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“El verdadero problema fue que llegó un momento en el que ya no quería ni necesitaba ser nada en su vida. Me había cansado de aguantar, de luchar, de buscar un instante único entre los dos que me emocionara, que le emocionase. Nos habíamos convertido en dos desconocidos que compartían casa, cuenta corriente, hijos y cama.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“marchó de”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Mientras él estiraba sus brazos intentando en cada luna rozar el cielo, a mí las estrellas fugaces dejaron de concederme deseos.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Llovía, en mi vida siempre llueve, todos los días importantes de mi vida están pasados por agua.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“dimensión de las columnas rectangulares que forman los pórticos de su templo. Percibo el vuelo del hijo de Isis y Osiris avisando de la cercanía, de la proximidad de su espíritu, amortajado en la”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Con las cosas más bellas, guardaré tu recuerdo que el tiempo no logró. Sacarlo de mi alma, lo guardaré hasta el día, en que me vaya yo.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Bajo la silueta de sus ramas y el crujido seco y punzante de sus hojas, volví a ver acercarse los inviernos, los tristes inviernos, esos que invaden mi reminiscencia, inacabablemente inacabados. ¡Dejé tantas cosas por hacer! Tantas palabras sin pronunciar, tantos besos por dar, tantos corazones sin labrar en su tronco.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Porque él me habitó, supo quién y cómo era yo. Solo él.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Aquella historia, nuestra historia, fue como las que surgen en los albores de la adolescencia, lo único importante era vivir y, en consecuencia, sentir.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Durante mucho tiempo, aquello fue lo único que llenaba y apaciguaba mi alma: su entendimiento, su conocerme, su habitarme. Porque él me habitó, supo quién y cómo era yo. Solo él.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“En esos días en los que aún no existe el miedo a envejecer.”
Antonia Corrales, En un rincón del alma
“El tiempo joven envejeció sin tener la delicadeza de pedirnos permiso. Se convirtió en un tiempo de adultos para adultos. Comenzó a correr más rápido; se hizo veloz. Despreció nuestras necesidades, todas esas cosas que queríamos hacer. Todo comenzó a pasar por nuestro lado obviando nuestra presencia. Sin darnos cuenta nos convertimos en lo que nunca quisimos ser. Sin pensarlo, aprendimos a pensar, adquiriendo la necesidad de hacerlo. El mar, aquel mar de nuestra juventud, también se fue. Se fue con nuestra libertad, con aquella libertad efímera, con aquella manera especial de ser y de vivir. Ese mar de libertad se fue de nuestras vidas para no volver; porque era un mar de noveles, lleno del agua de la inexperiencia, exento de miedo, carente de responsabilidad, ajeno a los problemas, preñado de ilusión.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Así habló Zaratustra como si estas fuesen el manual de patrones de Vogue”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“siempre he pensado que es un don del cielo no ver más allá de tus narices.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Así, nuestra nueva vida, poco a poco, viaje tras viaje, se convirtió en un reencuentro que nunca llegó a conseguir reunirnos de nuevo. Caminábamos por el mismo sendero, pero perseguíamos un destino diferente. Yo viajaba sola.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“marmórea.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Ya no era la soledad, la necesidad de sentirme mujer, persona, amante... El verdadero problema fue que llegó un momento en el que ya no quería ni necesitaba ser nada en su vida. Me había cansado de aguantar, de luchar, de buscar un instante único entre los dos que me emocionara, que le emocionase. Nos habíamos convertido en dos desconocidos que compartían casa,”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“son”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“ante la confirmación oral por mi parte de ser la esposa fiel, eterna, esclava, desinteresada y sumisa que la institución del matrimonio exige.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Todo lo que me gusta siempre me ha producido inseguridad y miedo. ¿O tal vez miedo e inseguridad?”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“veces el destino no puede cambiarse. Incluso, intuyéndolo, corremos el riesgo de interpretarlo mal. Creo que eso fue lo que sucedió.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“«Déjalos que se rían, Sancho, a nosotros siempre nos quedará la gloria de haberlo intentado...»”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma
“Él era el hombre, el hombre de la casa. Aunque yo también trabajase fuera y pagase las facturas, él era el hombre.”
Antonia J. Corrales, En un rincón del alma

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