Scattered Minds Quotes

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Scattered Minds: The Origins and Healing of Attention Deficit Disorder Scattered Minds: The Origins and Healing of Attention Deficit Disorder by Gabor Maté
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“La excitación es importante en todas las funciones mentales. Contribuye significativamente a la atención, la percepción, la memoria, la emoción y la resolución de problemas. Sin ella, no nos damos cuenta de lo que ocurre, no atendemos a los detalles. Sin embargo, un exceso de excitación tampoco es bueno. Si estás demasiado excitado, te vuelves tenso, ansioso e improductivo. Necesitas tener el nivel justo de activación para rendir al máximo.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“«Veo cómo el mundo está siendo lentamente transformado en una tierra salvaje, escucho el trueno que se aproxima y que, un día, también nos destruirá a nosotros, percibo el sufrimiento de millones de personas». Ana Frank, Diario”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La dopamina liberada por el cerebro medio también desencadena el crecimiento de células nerviosas y vasos sanguíneos en la corteza prefrontal derecha y promueve el crecimiento de receptores de dopamina. Se cree que la escasez relativa de estos receptores y del suministro de sangre es una de las principales dimensiones fisiológicas del TDA. El trastorno por déficit de atención podría muy bien denominarse trastorno por déficit de sintonía.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Un daño físico, como una lesión en el cerebro, no es la única causa posible de la alteración de las funciones químicas y eléctricas de la corteza prefrontal. En el TDA no hay daños cerebrales, pero sí un desarrollo cerebral alterado. Como comenté en un capítulo anterior, no es que se desarrolle un trastorno, sino que ciertos circuitos cerebrales importantes no se desarrollan. Estoy convencido de que prácticamente todos los casos de TDA se explican por la interferencia en las condiciones necesarias para el desarrollo saludable de la corteza prefrontal.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“«La mente emana de la conexión entre los procesos neurofisiológicos y las relaciones interpersonales. La experiencia conforma selectivamente el potencial neuronal genético y de ese modo influye directamente sobre la estructura y el funcionamiento del cerebro».”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“En general, podemos hablar de un subdesarrollo de la inteligencia emocional. En su exitoso libro Inteligencia emocional, Daniel Goleman, redactor de ciencias del comportamiento y del cerebro para el periódico The New York Times, define esta capacidad como «ser capaz de motivarse a uno mismo y persistir frente a las frustraciones; controlar los impulsos y retrasar la gratificación; regular los estados de ánimo y evitar que la angustia anegue la capacidad de pensar…»7. No tenemos más que poner un calificativo negativo delante del «ser capaz» en esa frase, como «no ser capaz», y obtenemos una descripción sucinta de la personalidad”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La posibilidad de que el viaje dure más de lo esperado, de que tenga que rascar el hielo del coche, de que no encuentre las llaves, de que me vea metido en un atasco no surge en mi mente como algo concreto. En el cerebro existen dos sistemas de pensamiento que rivalizan por llevar el control: uno, lógico y consciente, el otro es el sentido inmaduro del tiempo de un niño pequeño. Y el que suele dominar es el segundo. Solo cuando dan las nueve y sigo buscando las llaves del coche empiezo a sentir cierta irritación. Cuando salgo a la calle y me doy cuenta de que la escarcha ha dejado el parabrisas completamente opaco, empiezo a maldecir. Para cuando tengo que volver a subir las escaleras a toda prisa una vez, luego dos, para coger el maletín, el almuerzo o el estetoscopio, me siento totalmente frustrado.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“«El problema del TDA no es saber qué hacer sino hacer lo que sabes».”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Además, a mucha gente le parece que una explicación neurofisiológica del comportamiento es un intento de excusar las acciones propias o las de los demás culpando a la biología de las fechorías y los defectos. Se preguntan si no somos responsables de lo que hacemos. ¿Es el TDA una licencia para el comportamiento autoindulgente o hiriente? Hace poco, en la Columbia Británica, los abogados defensores en un caso de violación y asesinato argumentaron que su cliente no podía ser considerado responsable porque padece un trastorno obsesivo compulsivo y otro de déficit de atención. Muy sabiamente, el jurado rechazó ese alegato. Todos debemos aceptar la responsabilidad de nuestros actos, porque, si no, el mundo se vuelve invivible.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“adolescencia o al principio de la veintena. Los adultos con TDA pueden ser percibidos como distantes y arrogantes o tediosamente habladores y groseros. Muchos son reconocibles por sus bromas compulsivas, su forma de hablar rápida y cerrada, sus saltos aparentemente aleatorios y sin rumbo de un tema a otro y su incapacidad para expresar una idea sin agotar el vocabulario. «Nunca he terminado un pensamiento en mi vida», se lamentaba un joven. Los hombres y mujeres con TDA presentan una intensidad casi palpable a la que otras personas responden con malestar y retraimiento instintivo.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“inmediata. En la vida de la persona con TDA se producen frecuentes y frustrantes fallos de memoria. Un amigo mío, Brian, tiene déficit de atención. También tiene un perro. Ambos se sacan a pasear mutuamente a diario. Cuando Brian se pone el abrigo, el gorro y las botas, el perro se queda debajo de la mesa de la cocina, esperando. Brian sale de casa y el perro no se mueve hasta que Brian vuelve a casa por tercera vez a buscar la llave, la cartera o cualquier otro objeto que haya olvidado coger las dos primeras veces. El perro ha aprendido de la experiencia, que es más de lo que puede decirse de su dueño.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La inquietud coexiste con largos periodos de procrastinación. La amenaza de fracaso o la promesa de recompensa tienen que ser inmediatas para que se encienda el aparato de la motivación. Sin la excitante descarga de adrenalina de la carrera contra el tiempo, prevalece la inercia. Cuando yo estudiaba en el instituto o en la universidad, ni una sola vez empecé un trabajo o una redacción antes de la víspera del día en que debía entregarlo.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“En cuanto no encuentra un foco de actividad, distracción o atención, se apodera de él una intensa aversión al aburrimiento, un aborrecimiento a aburrirse. Internamente percibe una continua falta de quietud, una constante interferencia de fondo en el cerebro, un incesante «ruido blanco», como ha dicho el doctor John Ratey, psiquiatra de Harvard. Existe una presión despiadada en la mente que la impulsa de forma constante, sin objetivo ni dirección específicos. Ya en 1934, un artículo publicado en la revista The New England Journal of Medicine identificó una cualidad angustiosa en la vida de algunas personas que los autores denominaron «impulsividad orgánica». Yo, por ejemplo, rara vez he tenido un momento de relajación sin la sensación inmediata y preocupante de que debería estar haciendo otra cosa.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“hiperactividad es la tercera característica destacada del TDA. Clásicamente se expresa en la dificultad para mantenerse físicamente quieto, pero también puede ocurrir en formas que no resultan tan evidentes para el observador. Lo más probable es que se manifieste como cierta inquietud: tamborilear con los dedos de los pies o de las manos, golpear un muslo contra el otro, morderse las uñas, morderse el interior de la boca con los dientes. Esta hiperactividad puede también adoptar la forma de hablar en exceso, aunque en una minoría de casos, sobre todo en las chicas, puede estar ausente por completo. Estos niños pueden pasar por la escuela sin prestar atención y distraídos, pero, como no causan problemas, van «pasando» de curso en curso.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La facilidad para concentrarse cuando uno está interesado en algo no descarta el TDA, pero, para poder concentrarse, la persona con TDA necesita un nivel de motivación mucho más alto que otras personas. Desconocer este hecho ha impedido a muchos médicos hacer un buen diagnóstico. «De hecho, la característica de nuestro paciente —escribió un psiquiatra sobre un profesor universitario al que yo había diagnosticado un trastorno por déficit de atención, pero cuyo médico de cabecera quería una segunda opinión— es que es capaz de centrar su atención en aquello que realmente le interesa, lo que para los pacientes afectados por el TDA resulta muy difícil». No es eso lo que resulta muy difícil. Lo que puede convertirse en un acto inmovilizadoramente complicado es despertar el aparato motivacional del cerebro cuando no existe un interés personal. El”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La atención activa, en la que la mente está totalmente comprometida y el cerebro realiza un trabajo, solo se produce en circunstancias especiales de gran motivación. Es una capacidad de la que carece el cerebro de la persona con TDA cuando hay que realizar una tarea organizada o cuando hay que dirigir la atención hacia algo que le despierta escaso interés.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“«Cuando existe un cincuenta por ciento de posibilidades de elegir el camino equivocado, en mi caso será un setenta y cinco por ciento», dijo uno de mis pacientes con TDA. La deficiencia en el sentido visual-espacial actúa en sinergia con la distracción. El orden no tiene ninguna posibilidad.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La mente con TDA carece por completo de una plantilla para el orden, un modelo mental de cómo se consigue. Es posible que seas capaz de visualizar cómo sería una habitación ordenada y organizada, pero te falta el esquema mental para hacer el trabajo. Para empezar existe una profunda reticencia a desechar cualquier cosa: ¿quién sabe cuándo podrías necesitar ese ejemplar de The New Yorker que ha pasado tres años acumulando polvo sin que nadie lo haya mirado nunca? Dispones de poco espacio para todo. Nunca te ves capaz de dominar el confuso desorden de libros, papeles, revistas, prendas de ropa, discos compactos, cartas por responder y otros objetos diversos; lo único que haces es llevar el caos de un lugar a otro. No obstante, si de vez en cuando consigues tener las cosas ordenadas, sabes perfectamente que ese orden es temporal. Pronto volverás a tirar las cosas de un lado para otro, buscando algún objeto necesario que estás seguro de haber visto recientemente en algún oscuro recoveco. La ley de la entropía dicta que el orden es fugaz, y el caos, absoluto.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Al pasar una página, empiezas a leer un poema. El poema contiene una referencia clásica, lo que te lleva a consultar tu guía de mitología griega; a partir de ese momento estás perdido, porque una referencia te lleva a otra. Una hora después, agotado de momento tu interés por la mitología clásica, vuelves a tu tarea inicial. Te pones a buscar la mitad de un par de calcetines que se ha ido de permiso, tal vez de forma permanente, cuando otra prenda que está en el suelo te recuerda que tienes que lavar la ropa antes de la noche. Mientras bajas las escaleras, con el cesto de la ropa sucia bajo el brazo, suena el teléfono. Tu plan de poner en orden tu habitación ha quedado condenado al fracaso.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Este despiste es una de las causas de la distracción y la escasa capacidad de atención que atormentan al adulto o al niño con TDA, excepto en las actividades que le despiertan un gran interés y motivación. Presenta una actitud casi activa de no darse cuenta, como si se desviara a propósito para ser ajeno a lo que le rodea. Felicito a mi mujer por la nueva decoración de nuestro salón, y ella me responde que ese objeto lleva meses o incluso años en ese lugar. La distracción fomenta el caos. Decides limpiar tu habitación, que, por lo general, parece haber sido presa de un tornado. Recoges un libro del suelo y te acercas a la estantería para volver a colocarlo en su sitio. Al hacerlo, te das cuenta de que dos volúmenes de poesía de William Carlos Williams no están puestos uno al lado del otro. Olvidando todo”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La persona descubre de repente que no ha oído nada de lo que ha estado escuchando, que no ha visto nada de lo que estaba mirando, que no recuerda nada de aquello en lo que estaba intentando concentrarse. Pierde información e indicaciones, extravía cosas y se esfuerza por estar al tanto de las conversaciones. Esta desconexión provoca dificultades prácticas e impide gozar de la vida. «Desconozco lo que significa disfrutar de un modo continuo y completo de la música —me dijo un profesor de instituto—. Al cabo de unos pocos acordes, mi mente se va por otro sitio.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“El rasgo distintivo del TDA es una «desconexión» automática e involuntaria, una frustrante falta de presencia de la mente.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“emoción o me quedo frito o cuando me pongo a hacer Algo no puedo terminarlo o empiezo a hacer Algo y luego el ojo empieza Otra cosa diferente. cuando a veces la mayor parte del tiempo espero hasta el Último minuto Para hacer cosas. Me angustio tengo que hacerlo o algo distinto. me siento presionado. Parece que mi mente vaga o sueño despierto. siempre traspapelo, pierdo cosas. no recuerdo donde guardé Algo. «olvidadizo», confuso, pensamiento embarullado. me enfurezco por nada la gente me pregunta qué pasa yo digo que nada. Parece que no consigo lo que la gente quiere de mí no entiendo. cuando era niño no podía estar quieto nervioso. Las notas del colegio siempre decían algo como no presta Atención en clase, no se está quieto tardaba más en Aprender o entender. Siempre me metía en problemas me sentaban delante o al fondo de la clase o en el despacho del director (atado) me ataban a una silla. siempre viendo a los consejeros, los profesores diciendo siempre que me quedara quieto que me callara. Castigado a sentarme en el pasillo mi padre siempre me decía que me quedara quieto que vago soy mi cuarto. siempre me gritaba.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Este sorprendente desequilibrio entre la conciencia intelectual, por un lado, y el autocontrol emocional y conductual, por otro, es característico de las personas con trastorno por déficit de atención.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Uno anhela escapar de una mente agotadora, que está siempre dando vueltas, en perpetua agitación. El mismo día que oí hablar por primera vez del trastorno por déficit de atención tomé Ritalin en una dosis inicial superior a la recomendada. En pocos minutos, me sentí eufórico y presente, me noté lleno de perspicacia y amor. Mi mujer pensó que estaba actuando de forma extraña. «Da la impresión de que estás colocado» fue su comentario inmediato.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“ansia desesperada de tener inmediatamente lo que sea que uno desee en ese momento, ya sea un objeto, una actividad o una relación. Y aquí había también algo más, como muy bien expresó una mujer que unos meses después acudió a mí en busca de ayuda. «Estaría bien poder descansar de mí misma al menos durante un tiempo», me dijo, y fue un”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“Mi vida, como la de muchos adultos con TDA, se parecía a un número de malabarismo como el que hacía Ed Sullivan: un hombre sostiene un palo sobre el que hace girar un plato. Va añadiendo cada vez más palos y más platos, corriendo frenéticamente de un lado a otro mientras cada plato, cada vez más inestable, amenaza con caerse. Solo puede mantener este equilibrio durante un tiempo antes de que los platos se caigan y se rompan o él mismo se derrumbe. Algo tiene que ceder, pero a la personalidad del TDA le cuesta soltar. A diferencia del malabarista, no puede detener la actuación”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“El TDA parecía explicar muchos de mis patrones de comportamiento, mis procesos de pensamiento, mis reacciones emocionales infantiles, mi adicción al trabajo y otras tendencias obsesivas, las repentinas erupciones de mal humor y de falta absoluta de racionalidad, los conflictos en mi matrimonio y mis actitudes de Jekyll y Hyde a la hora de relacionarme con mis hijos.”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“. Siempre estaba lanzando a mi mente restos con los que pudiera alimentarse, como si se tratara de una bestia feroz y malévola que me devoraría en cuanto dejara de masticar otra”
Gabor Maté, Mentes dispersas
“La mente del adulto con TDA nunca descansa, revolotea de un lado a otro como un pájaro desquiciado que puede posarse aquí o allá durante un tiempo, pero que no se queda en ningún sitio el tiempo suficiente para formar un hogar. El psiquiatra británico R. D. Laing escribió en alguna parte que hay tres cosas a las que los seres humanos tienen miedo: la muerte, otras personas y su propia mente. Aterrado por mi mente, siempre me había asustado tener que pasar un momento a solas con ella. Tenía que llevar en todo momento un libro en el bolsillo como kit de emergencia por si alguna vez me quedaba atrapado esperando en cualquier sitio, aunque fuera un minuto, ya fuera en”
Gabor Maté, Mentes dispersas