The Bloody Countess Quotes
The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
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Valentine Penrose917 ratings, 3.63 average rating, 128 reviews
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The Bloody Countess Quotes
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“This was the only door she ever opened, the door into herself. And her taciturnity was such that in a mirror, where every woman smiles at her reflection, she struck at herself over and over again, hammering her own effigy at her dumb forge. No flame, no air. Clad in red velvet, adorned in white, in black or pearl, her face heavily made up beneath the large pale forehead. In the heart of her room, encircled by candelabras, nothing but herself; a self always unseizable, and whose many faces she was forever unable to assemble in a single look.”
― The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
― The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
“Cuando se dictó irrevocablemente la sentencia, fueron a Csejthe unos albañiles. Una tras otra, tapiaron con piedras y mortero las ventanas del cuarto en que Erzsébet iba viendo disminuir progresivamente la luz. La prisión iba creciendo a su alrededor. Solo dejaron, en todo lo alto, una delgada ranura de claridad y de aire por la que podía vislumbrar el cielo en el que ya iban alargándose los días. Después de haber tapiado las ventanas en forma que desde fuera no se viera más que una fachada ciega tras la cual había un ser vivo, los obreros empezaron a levantar un grueso muro delante de la puerta de la habitación, dejando solo una ventanilla que permitiera pasar un poco de comida y agua.
Y cuando todo quedó terminado, se levantaron en las cuatro esquinas del castillo cuatro cadalsos para poner de manifiesto que dentro vivía una condenada a muerte.
[...]
Día y noche, no había más que esta enorme alimaña negra de brillante pelaje erizado con inmensos ojos negros siempre obsesionados en medio de un rostro de cera gris: siempre esos mismos ojos obsesionados que tenía cuando llegó a Csejthe, niña aún, pero ya cruel, esta criatura de complicada y loca lujuria, que todo lo dominaba con su gran belleza sombría. Acaso volvía a ver lo que habían reflejado esos espejos ahora empañados, las veladas, los candelabros encima de las mesas, tantas fiestas, tanta gente alrededor, las damas de honor que se acercaban con objetos en las manos, vestidos del color de las rosas oscuras; y todo para ella. Y abajo, en el reino subterráneo, viejas encapuchadas y rebaños de sirvientas desnudas. Después, ¿qué más sabía?, ¿quién estaba allí sentada, contemplando en trance dedos cortados, cuerpos desnudos lacerados, venas abiertas y sangre envolvente que por fin se liberaba? ¿Quién era ese personaje que poseía los derechos de Erzsébet, la última Báthory, y que yo no he sido nunca? ¿Por qué estoy aquí, duramente acusada, para expiar lo que han hecho mis deseos, pero cuya realización jamás he sentido yo? Mis deseos se han realizado fuera de mí, sin mí; mis deseos no me han dado alcance.”
― La Condesa Sangrienta
Y cuando todo quedó terminado, se levantaron en las cuatro esquinas del castillo cuatro cadalsos para poner de manifiesto que dentro vivía una condenada a muerte.
[...]
Día y noche, no había más que esta enorme alimaña negra de brillante pelaje erizado con inmensos ojos negros siempre obsesionados en medio de un rostro de cera gris: siempre esos mismos ojos obsesionados que tenía cuando llegó a Csejthe, niña aún, pero ya cruel, esta criatura de complicada y loca lujuria, que todo lo dominaba con su gran belleza sombría. Acaso volvía a ver lo que habían reflejado esos espejos ahora empañados, las veladas, los candelabros encima de las mesas, tantas fiestas, tanta gente alrededor, las damas de honor que se acercaban con objetos en las manos, vestidos del color de las rosas oscuras; y todo para ella. Y abajo, en el reino subterráneo, viejas encapuchadas y rebaños de sirvientas desnudas. Después, ¿qué más sabía?, ¿quién estaba allí sentada, contemplando en trance dedos cortados, cuerpos desnudos lacerados, venas abiertas y sangre envolvente que por fin se liberaba? ¿Quién era ese personaje que poseía los derechos de Erzsébet, la última Báthory, y que yo no he sido nunca? ¿Por qué estoy aquí, duramente acusada, para expiar lo que han hecho mis deseos, pero cuya realización jamás he sentido yo? Mis deseos se han realizado fuera de mí, sin mí; mis deseos no me han dado alcance.”
― La Condesa Sangrienta
“There existed between Erzsébet and the external world something like a vacuum, like the padding in a madman’s cell. The eyes of the portrait proclaim it; she wished to seize and couldn’t touch. Then, the wish to be awake but not to be alive, that is what kindles the taste for blood, the blood of others; perhaps this was the hidden secret which, ever since her birth, had been obscured from her.”
― The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
― The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
“In an ordinary portrait the woman comes forward to meet whoever looks at her, and tells her own story. But here, the real woman lurks a hundred leagues behind the equivocal gaze, entirely closed to herself, a plant rooted yet in the mysterious soil out of which it has come.”
― The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
― The Bloody Countess: The Atrocities of Erzsebet Bathory
