The Black Book of Communism Quotes

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The Black Book of Communism: Crimes, Terror, Repression The Black Book of Communism: Crimes, Terror, Repression by Stéphane Courtois
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The Black Book of Communism Quotes Showing 1-30 of 56
“1918 წლის 10 აგვისტოს ლენინი სურსათით მომარაგების "ნარკომს" (სახალხო კომისარს), ციურუპას, სთავაზობს დეკრეტის პროექტს: "...მარცვლეულის მწარმოებელ ყველა რეგიონში შეძლებულთა ფენიდან შეარჩიეთ 25-30 მძევალი, რომლებიც საკუთარი სიცოცხლით აგებენ პასუხს რეკვიზიციის გეგმის შეუსრულებლობისთვის". ციურუპამ, იმის მომიზეზებით, რომ მძევლების შერჩევის ორგანიზება ძნელი იყო, წაუყრუა. მაშინ ლენინმა მას მეორე, სრულიად არაორაზროვანი მითითება გაუგზავნა: "მე მძევლების აყვანას კი არ გთავაზობთ, არამედ მათ დანიშვნას თითოეულ ოლქში. ამ დანიშვნის მიზანია, რომ მდიდრებმა, რომლებიც თავიანთ კონტრიბუციაზე აგებენ პასუხს, ასევე საკუთარი სიცოცხლით აგონ პასუხი თავიანთსავე ოლქში რეკვიზიციის გეგმის დაუყოვნებლივ შესრულებაზე.”
Stéphane Courtois, The Black Book of Communism: Crimes, Terror, Repression
“el siglo XX ha quebrantado el principio hegeliano del proceso histórico universal que afirma que “todo lo que es real es racional”, principio que invocaban los pensadores rusos del pasado siglo en las apasionadas disputas que sostuvieron durante décadas. Y es justamente ahora, en la época del triunfo del poder estatal sobre la libertad del hombre, cuando los pensadores rusos, vestidos con el traje de los campos, enuncian dándole la vuelta a la ley de Hegel el principio supremo de la historia universal: “Todo lo inhumano es insensato e inútil”. Sí, en estos tiempos de triunfo total de la inhumanidad, se ha hecho evidente que todo lo creado mediante la violencia es insensato, inútil, falto de alcance y carente de futuro»58.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Ernest Renan sin duda acertó cuando en sus Diálogos filosóficos consideraba que para asegurarse el poder absoluto en una sociedad de ateos no bastaba con amenazar a los insumisos con el fuego de un infierno mitológico, sino que debía instituirse un «infierno real», un campo de concentración destinado a aniquilar a los rebeldes, a intimidar a todos los demás, y atendido por una policía especial, compuesta por seres carentes de escrúpulos morales y enteramente consagrados al poder establecido, «máquinas obedientes dispuestas a cometer todo tipo de atrocidades»54.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Aunque para Leszek Kolakowski, «la idea de que el mundo existente está tan completamente corrupto que es imposible mejorarlo y que, precisamente por ello, el mundo que le sucederá aportará la plenitud de la perfección y la liberación final, es una de las aberraciones más monstruosas del espíritu humano. (…) Por supuesto que esta aberración no es un invento de nuestro tiempo; pero hay que reconocer que el pensamiento religioso que opone a la totalidad de los valores temporales la fuerza de la gracia sobrenatural es mucho menos abominable que las doctrinas mundanas que nos garantizan que podemos asegurarnos nuestra salvación saltando de un brinco del abismo de los infiernos a las cimas celestes»53”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Es cierto que el conjunto del proceso de terror que acabamos de evocar fue fundado en la URSS en tiempos de Lenin y Stalin, pero el mismo incluye numerosos elementos invariables que encontramos, con distinto grado de intensidad, en todos los regímenes que se autoproclaman marxistas-leninistas. Cada país o partido comunista posee su historia específica, sus particularidades locales o regionales y sus casos más o menos patológicos, pero estos se inscriben siempre en la matriz elaborada por Moscú desde noviembre de 1917 y que de esta manera impuso una especie de código genético.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Es cierto que la Internacional clama que «Hagamos tabla rasa del pasado» y que Mao se comparaba a un poeta genial que caligrafiaba sobre la famosa página en blanco. ¡Como si a una civilización de una antigüedad de varios milenios se la pudiera considerar una página en blanco!”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“En la misma época, en una carta a Nechaiev, Bakunin se indignaba por tan descabellada idea: «Nuestro pueblo no es una hoja blanca sobre la que cualquier sociedad secreta puede escribir lo que le parezca bien, como por ejemplo su programa comunista»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Ya en la década de los años 1870, Pierre Tkachev, revolucionario ruso y digno émulo de Nechaiev, proponía exterminar a los rusos mayores de veinticinco años, considerándolos incapaces de realizar la idea revolucionaria”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“«El enemigo es la gran justificación del terror; el Estado totalitario no puede vivir sin enemigos. Si no los tiene, se los inventa. Y una vez identificados, no le merecen piedad alguna. (…) Ser enemigo es una tara incurable y hereditaria. (…) A veces se insiste en que a los judíos se les perseguía no por lo que habían hecho sino por lo que eran: judíos. No es distinto tratándose del poder comunista; este exige la represión (o, en momentos de crisis, la eliminación) de la burguesía como clase. El simple hecho de pertenecer a esta clase es suficiente, no es necesario hacer algo»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“el régimen soviético y la vanguardia del partido obrero están en guerra civil, es decir, en una guerra de clases. El enemigo contra el que luchan —y deben luchar— es la intelligentsia, que intenta restablecer el régimen burgués, y el campesino rico, que defendiendo su pequeña propiedad, base del capitalismo, impide que se realice la labor de colectivización. Recurren al terror, al asesinato de los colectivistas, al incendio de las propiedades colectivizadas y a otros métodos de la guerra de guerrillas. En la guerra se mata»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“La cuestión de saber a quién pertenecerá el poder en el país, esto es si la burguesía debe vivir o perecer, no se resolverá por lo que dicten los artículos de la constitución sino recurriendo a todas las formas de violencia»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Kautsky, poniendo la democracia en el centro de su razonamiento, plantea sus interrogantes: «La dictadura de una minoría siempre encuentra su más sólido apoyo en un ejército adicto. Pero cuanto más coloca la fuerza de las armas en el lugar de la mayoría, más fuerza a la oposición a buscar su salvación en las bayonetas y en la fuerza de los puños en lugar de recurrir al voto que se le niega. Entonces la guerra civil se convierte en el medio de resolver los antagonismos políticos y sociales. Siempre y cuando no reine la más perfecta apatía política y social o el más perfecto desánimo, la dictadura de una minoría estará constantemente amenazada por golpes de Estado o por una guerrilla permanente. (…) A partir de entonces ya no conseguirá salir de la guerra civil y se verá confrontada en todo momento al peligro de ser aplastada por la guerra civil. Pero no existe mayor obstáculo para la construcción de una sociedad socialista que una guerra intestina. (…) En una guerra civil cada bando lucha por su existencia y al que pierde le amenaza su completa aniquilación. La conciencia de esta amenaza es lo que hace tan crueles las guerras»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Reivindicar la libre discusión nos sitúa de entrada en el terreno de la democracia. El objetivo de la dictadura no es refutar la opinión contraria sino suprimir violentamente su expresión.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“La manipulación del símbolo proletario es una constante en todos los regímenes comunistas, tanto de Europa como del Tercer Mundo, de China a Cuba. En este detalle reside una de las características más importantes del leninismo, en la manipulación del lenguaje, en el desfase entre las palabras y la realidad que supuestamente representan, en una visión abstracta de la sociedad, en la que los hombres han perdido densidad y ya solo son piezas de una especie de rompecabezas histórico y social.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“En 1920 Trotski definiría este encadenamiento implacable: «Resulta totalmente evidente que, si nos asignamos la tarea de abolir la propiedad individual de los medios de producción, no existe otro camino para conseguirlo que la concentración de todos los poderes del Estado en las manos del proletariado y la creación de un régimen de excepción durante el período de transición. (…) La dictadura es indispensable porque no se trata de cambios parciales, sino de la existencia misma de la burguesía. Sobre esta base no existe ningún acuerdo posible; solo la fuerza puede decidir. (…) Quien quiere el fin no puede repudiar los medios»15”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“El 1 de marzo de 1887 hubo un atentado contra el zar Alejandro III que no alcanzó su objetivo. Sus autores, sin embargo, fueron detenidos; entre ellos se encontraba Aleksandr Ilich Ulianov, hermano mayor de Lenin, que fue ahorcado junto con cuatro de sus cómplices. El odio de Lenin a este régimen tenía hondas raíces y fue Lenin personalmente quien, a espaldas de los miembros de su Politburó, decidió y organizó la matanza de la familia imperial de los Romanov en 1918.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“En 1869, Nechaiev redactó un Catecismo del revolucionario en el que se definía como sigue: «El revolucionario es un hombre perdido de antemano. No posee intereses particulares, asuntos privados, sentimientos, ataduras personales, propiedades, no tiene siquiera nombre. Todo en él queda absorbido por un único interés que excluye todos los demás, por un solo pensamiento, una pasión: la Revolución. En el fondo de su ser, no solo en palabras sino también en actos, ha roto cualquier vínculo con el orden público y con todo el mundo civilizado, con todas las leyes, conveniencias, convenciones sociales y reglas morales de este mundo. El revolucionario es un enemigo implacable de todo esto y solo continúa viviendo para destruirlo más seguramente»3.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“En 1960 los jueces perdieron su inamovilidad y pasaron a depender de la autoridad del poder central, lo que suponía la negación de la separación de poderes, una característica de la dictadura.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“El lector del conjunto de esta obra descubrirá más fácilmente por sí mismo los lazos fortísimos que además le unen al sistema comunista mundial, y a su jefe de filas soviético. Muchos fenómenos que han llamado nuestra atención (la «página en blanco», esa nostalgia del reinicio absoluto, de la tabla rasa; el culto y la manipulación de la juventud) pueden encontrarse fácilmente bajo otros cielos.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“famoso proverbio de Mao: «Es en la página en blanco donde se escribe el más hermoso de los poemas»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“todo el mundo roba, desde los niños a los viejos —lo cual puede significar simplemente, dado que todo pertenece al Estado, que se han cogido unas pocas frutas—. Trampa infernal, una sociedad que no deja más opción que morir, robar y engañar: esta deseducación, en particular entre los jóvenes, ha permitido que subsista hasta hoy un cinismo y un egoísmo que comprometen las posibilidades de desarrollo de Camboya.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Por ir a ayudar a una vecina gravemente enferma y a sus dos niños pequeños, se ganó este comentario de un jemer rojo: «No es su deber ayudarla, al contrario, esto demuestra que todavía tiene usted piedad y sentimientos de amistad. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de su mente las inclinaciones individualistas. Y ahora, vuelva a su casa»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“más allá, la degradación de las condiciones para los muertos se corresponde con la denegación de la humanidad para los vivos. «Yo no soy un ser humano, soy un animal», concluye en su confesión el antiguo dirigente y ministro Hu Nim159. ¿El hombre vale únicamente lo que vale la bestia? Se podía perder la vida por haber extraviado un buey, y ser torturado hasta la muerte por haberlo golpeado160. Hubo hombres que fueron uncidos al arado y azotazos sin piedad por no haberse mostrado a la altura de la vaca que iba delante de ellos161. La vida humana tiene poco valor… «Tienes inclinaciones individualistas. (…) Debes (…) liberarte de tus sentimientos»,”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“También en este punto el modelo procedía de arriba: las parejas dirigentes vivían frecuentemente separadas155. Estaba mal visto que una madre dedicase demasiado tiempo a su hijo, incluso pequeño. Se anuló la autoridad de los maridos sobre sus mujeres y de los padres sobre su descendencia. Uno podía ser ejecutado por haber abofeteado a la esposa, ser denunciado por los hijos por haberles pegado,”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“acuérdate de otro detalle: los comunistas no tienen el menor respeto por los que cambian de camisa»”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“«Los comunistas no se sienten obligados a mantener las promesas que hacen a sus enemigos. A guisa de medios para conseguir sus fines, no vacilan en emplear todas las artimañas y astucias que pueden servirles —y esto incluye las amenazas y las promesas”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Como recordaba uno de sus amigos, «Vladimir Ilich Ulaniov tenía el valor de declarar abiertamente que el hambre tenía numerosas consecuencias positivas, a saber, la aparición de un proletariado industrial, ese enterrador del orden burgués. (…) Al destruir la atrasada economía campesina, el hambre, explicaba, nos acerca objetivamente a nuestra meta final, el socialismo, etapa inmediatamente posterior al capitalismo. El hambre destruye no solamente la fe en el zar, sino también en Dios»32. Treinta años más tarde, el joven abogado, convertido en jefe del Gobierno bolchevique, retomaba su idea: el hambre podía y debía servir para «golpear mortalmente en la cabeza al enemigo». Este enemigo era la Iglesia ortodoxa. «La electricidad reemplazará a Dios. Dejad que el campesino rece a la electricidad, notará el poder de las autoridades más que el del cielo»,”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“Joven abogado, Vladimir Ulianov-Lenin residía a inicios de los años noventa del siglo XIX en Samara, capital de una de las provincias más afectadas por el hambre de 1891. Fue el único representante de la intelligentsia local que no solamente no participó en la ayuda social a los hambrientos, sino que se pronunció categóricamente en contra de la misma.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“La última gran hambruna que había conocido Rusia, en 1891, aproximadamente en las mismas regiones (el Volga medio y bajo y una parte de Kazajstán), había causado de cuatrocientas a quinientas mil víctimas.”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión
“En lugar del comité, el Gobierno creó una Comisión Central de Ayuda a los Hambrientos, pesado organismo burocrático compuesto de funcionarios de diversos comisariados del pueblo, muy ineficaz y corrompido. En lo más álgido de la hambruna, que afectó en su apogeo, durante el verano de 1922, a más de treinta millones de personas, la comisión central aseguró una ayuda alimenticia irregular a menos de tres millones de personas. Por su parte, el ARA, la Cruz Roja y los cuáqueros alimentaban alrededor de once millones de personas cada día. A pesar de esta movilización internacional, al menos cinco millones de personas murieron de hambre en 1921-1922, de los 29 millones de personas afectadas por el hambre”
Stéphane Courtois, El libro negro del comunismo: Crímenes, terror, represión

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