Lucía’s Reviews > Al sur de la frontera, al oeste del sol > Status Update

Durante toda mi vida, he tenido la impresión de que podía convertirme en una persona distinta. De que, yéndome a otro lugar y empezando una nueva vida, iba a convertirme en otro hombre.

Tus ojos no dicen nada. Es en mis ojos donde está escrito. Que no sé nada de ti. En los tuyos sólo hay el reflejo.

Me esforzaba en centrarme al máximo en cualquier actividad. Cuando me lavaba la cara, lo hacía a conciencia; cuando escuchaba música, lo hacía a conciencia. En realidad, de no haberlo hecho así, no habría podido seguir viviendo.

Tuve la sensación de que yo, en realidad, me encontraba muy lejos de ella. De que tal vez estuviésemos separados por una distancia inimaginable. Al pensarlo, me asaltó la tristeza.

Nadie se sumerge en ninguna aventura esperando resultados mediocres. La gente, pese a tener un chasco nueve de cada diez veces, desea tener al menos una experiencia suprema, aunque sólo sea una vez. Y eso es lo que mueve el mundo. Eso es el arte, supongo.

Cuando leo un libro malo, tengo la sensación de haber malgastado el tiempo. Y eso me decepciona.

Cuando lo pienso, me doy cuenta de que nos movemos dentro de unas posibilidades muy limitadas.

Acababa de cumplir los veinte años, cuando se me ocurrió que quizá no podría volver a ser una persona decente. Había cometido errores. Claro que, en realidad, tal vez ni siquiera fueran errores. Más que errores, quizá se trataba de una inclinación innata en mí. Al pensarlo, me sentí terriblemente deprimido.

Lo que me atraía no era la belleza externa cuantificable e impersonal, sino algo más absoluto que se hallaba en el interior. De la misma manera que hay quien ama secretamente los diluvios, los terremotos y los apagones, yo prefería ese algo recóndito que alguien del sexo opuesto emitía hacia mí. A ese algo voy a llamarlo aquí <>. Una fuerza que te atrae y te absorbe, te guste o no te guste, quieras o no.

Entonces no lo sabía. No sabía que era capaz de herir a alguien tan hondamente que jamás se repusiera. A veces, hay personas que pueden herir a los demás por el mero hecho de existir.