YA NO VALEN LAS RODILLAS De rodillas no se encuentra En vano el verde se reclina y las campanas muerden su propia dentadura Mira mira hermano Es inútil La savia lleva arena oculta y emboscada y cada rama al aire te da su despedida.
De Nèmer Ibn El Barud, ASTROLIKEN.
POEMA XIX SABEMOS DE TI. Sabemos porque germinas y sepultas. La luz es sòlo tu ademàn más lento. Por ti los astros echaron raíces en el cielo y vagan sonámbulos, absortos aún en tu misterio. Vibras y receptas, callas. En el espacio flota tu piel. Sordo y mudo. Un ojo solo abierto. Mirada ilimite y celeste. Polifemo inmaterial con cintura de astros, todo sexo. Las vírgenes son tuyas. La tierra vìrgen y la tierra hollada. A qué rincón no llega tu abrazo semental, la fiebre de tu cuerpo y qué matriz no siente tu empuje. Tu penetrante rito descendido del laurel y de la escarcha. Señor de la cohetería, astro- líquen soy. Te busco desde la rueda y la palanca.
De Nèmer Ibd El Barud, ASTROLIKEN.
YA NO VALEN LAS RODILLAS
De rodillas no se encuentra
En vano el verde se reclina
y las campanas muerden
su propia dentadura
Mira
mira hermano
Es inútil
La savia lleva arena
oculta y emboscada
y cada rama al aire
te da su despedida.
De Nèmer Ibn El Barud, ASTROLIKEN.
POEMA XIX
SABEMOS DE TI.
Sabemos porque germinas
y sepultas.
La luz es sòlo tu ademàn
más lento.
Por ti los astros echaron raíces
en el cielo
y vagan sonámbulos,
absortos aún en tu misterio.
Vibras y receptas, callas.
En el espacio flota tu piel.
Sordo y mudo.
Un ojo solo
abierto.
Mirada ilimite y celeste.
Polifemo inmaterial
con cintura de astros,
todo sexo.
Las vírgenes son tuyas.
La tierra vìrgen
y la tierra hollada.
A qué rincón no llega
tu abrazo semental,
la fiebre de tu cuerpo
y qué matriz no siente
tu empuje.
Tu penetrante rito
descendido del laurel
y de la escarcha.
Señor de la cohetería,
astro- líquen soy.
Te busco
desde la rueda
y la palanca.