“Todo este tiempo había estado tratando de dilucidar los secretos del universo, los secretos de mi propio cuerpo, de mi propio corazón. Todas las respuestas habían estado tan cerca y aún así había luchado siempre contra ellas sin siquiera saberlo. Desde el instante en que conocí a Dante, me había enamorado de él. Sólo que no me permití saberlo, pensarlo, sentirlo. Mi padre tenía razón. Y era cierto lo”
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Benjamin Alire Sáenz,
Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo