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October 14, 2023 - May 18, 2025
Cualquier sociedad, con independencia de cuál sea su sistema político, se encuentra en un tránsito perpetuo entre un pasado que conforma su memoria y una visión del futuro que inspira su evolución.
Los líderes piensan y actúan en la intersección de dos ejes: el primero, entre el pasado y el futuro; el segundo, entre los valores perdurables y las aspiraciones de aquellos a los que lideran.
Para que las estrategias inspiren a la sociedad, los líderes tienen que ser didácticos: comunicar los objetivos, mitigar las dudas y movilizar apoyos.
los buenos líderes despiertan en el pueblo el deseo de caminar a su lado.
Los líderes pueden verse magnificados —o debilitados— por las cualidades de quienes les rodean.
Actúan en la escasez,
dictados por la demografía y la economía.
Para el líder, la gestión del riesgo es tan crítica como la capacidad de análisis.
Una «estrategia» es la conclusión a la que llega un líder en estas condiciones de escasez, temporalidad, competencia y fluidez.
Si quieren llegar a su destino, los líderes deben adecuar poco a poco los medios a los fines y el propósito a las circunstancias.
cuando las circunstancias demandan una respuesta inmediata, el margen de decisión suele ser mayor si la información relevante es más escasa. Cuando se dispone de más datos, el margen de maniobra tiende a estrecharse.
«Los hombres de Estado no solo están llamados a resolver cuestiones fáciles. Esas a menudo se resuelven solas.
Es en el momento en que el equilibrio zozobra y las proporciones quedan ocultas por la niebla cuando se presenta la oportunidad de tomar decisiones que salven al mundo».
Churchill. «En la historia están todos los secretos del arte de gobernar».
el conocimiento de la historia, aunque esencial, no es suficiente.
Oswald Spengler,
líder «nato» como «ante todo un valorador; un valorador de hombres, situaciones y cosas [...] [con la capacidad] de hacer lo correcto sin “saberlo”».
la verdad en la historia difiere de la verdad en la ciencia.
A los estrategas se les suele permitir una única prueba; normalmente sus decisiones son irrevocables.
A finales del siglo XX, Isaiah Berlin explicó la imposibilidad de aplicar el pensamiento científico más allá de su ámbito y, en consecuencia, el desafío continuo del oficio de estratega.
La Primera Guerra Mundial agotó tesoros públicos, acabó con dinastías y destrozó vidas.
Cuando se firmó el armisticio, el 11 de noviembre de 1918, habían muerto casi diez millones de soldados y siete millones de civiles.[10]
Los imperios austrohúngaro y otomano se derrumbaron y Rusia sufrió una de las revoluciones más radicales de la historia
En la Segunda Guerra Mundial se perdieron al menos sesenta millones de vidas,
De las principales potencias europeas, solo Reino Unido había conservado sus instituciones políticas de antes de la guerra,
A partir de 1949, Adenauer sacó a Alemania del momento más bajo de su historia,
Charles de Gaulle (nacido en 1890) fue prisionero de guerra dos años y medio
reconstruyó la estructura política del país en dos ocasiones: la primera en 1944, para restablecer la esencia de Francia, y la segunda en 1958, para revitalizar su alma y evitar una guerra civil.
Richard Nixon (nacido en 1913)
su país debía desempeñar un papel más importante en el orden mundial que nacía entonces.
Anwar Sadat (nacido en 1918), entonces oficial del ejército egipcio, fue encarcelado durante dos años
Lee Kuan Yew (nacido en 1923) se libró por poco, en 1942, de ser ejecutado por los japoneses que ocupaban su país.
Singapur se convirtió en una ciudad-Estado
Margaret Thatcher (nacida en 1925)
Ella renovó su país mediante una reforma económica y una política exterior
La mayoría de los líderes no son visionarios, sino gestores.
en dos tipos ideales: el estadista y el profeta.
La primera es preservar su sociedad, manipulando las circunstancias en lugar de dejarse abrumar por ellas.
La segunda es atenuar la visión con la cautela,
trabajan en lo que perciben como la corriente de la historia,
Los líderes sensatos que encajan con la calificación de estadista reconocerán cuándo las nuevas circunstancias exigen que se superen las instituciones y los valores existentes.
El segundo tipo de líder —el visionario o profeta—
Anhelan un lienzo en blanco en el que imponer sus proyectos, adoptan como tarea principal la de borrar el pasado,
son los «hombres irrazonables» a los que George Bernard Shaw atribuyó «todo el progreso».
los líderes proféticos tienden a desconfiar del gradualismo
Churchill en sus «años salvajes» y De Gaulle cuando era líder de la Francia Libre pertenecieron, en esas fases de su vida, a la categoría profética, al igual que Sadat después de 1973.
Para los antiguos, la combinación óptima de los dos estilos la ejemplificaba el liderazgo de Temístocles,
para los estadistas, la prueba es la durabilidad de las estructuras políticas cuando se encuentran bajo presión,
Para el estadista, la negociación es un mecanismo de estabilidad; para el profeta, puede ser un medio para convertir o desmoralizar a los adversarios.