Quizá lo más importante fue que Juni supo enfocar los nuevos hábitos con una mentalidad abierta y una actitud autocompasiva. Hubo momentos en que recayó con el azúcar, pero ya no los interpretó como una debilidad de su carácter, sino como hallazgos del diseño de la conducta que podía utilizar para mejorar lo que hiciese en el futuro.