El Paso Inicial es una especie de jiu-jitsu mental: pese a ser un movimiento pequeño tiene un efecto tremendo, porque el impulso que crea suele empujar hacia los pasos siguientes con menos fricción. La clave no es subir el listón, sino dar el Paso Inicial. Cada vez que lo damos, mantenemos vivo ese hábito y cultivamos la posibilidad de su desarrollo.