Mi antiguo estudiante Tristan Harris me proporcionó un ejemplo interesante para reducir la motivación. Harris aboga por no utilizar la tecnología de manera imprudente. Según él, una forma de conseguirlo es cambiar las pantallas del teléfono para que muestren solo una escala de grises. Como no ves colores vívidos en la pantalla (sigue diciendo), los memes de Internet y los posts de las redes sociales atraen menos y restan motivación al cerebro.