More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
—Alguna vez… eh, no sé. ¿Te sientes triste? ¿Por amar a alguien que no puede corresponderte? De inmediato se arrepiente de haberlo dicho, pero Annie se echa a reír. —A veces sí. Pero ¿conoces esa sensación? ¿Cuando te levantas por la mañana y tienes a alguien en quien pensar? ¿Algún sitio al que te apetece mucho ir? Es genial, es algo bueno. Incluso cuando es malo, es bueno.
Eso es lo que suele ocurrir en el metro: intercambias una mirada con alguien, te imaginas una vida entre una parada y otra, y luego continúas con tu día como si la persona que amaste en ese lapso no existiera en ningún otro lugar, solo en el metro. Como si no pudiera estar en ningún otro sitio.