Richard Wright recalcaba los efectos deshumanizadores del racismo en los hombres negros, como si este no afectara a las mujeres negras. En su relato breve «Long Black Song», el protagonista, Silas, tras asesinar a un hombre blanco, grita con ira: ¡Los blancos no me han dado nunca ninguna oportunidad! ¡Nunca le han dado al hombre negro ninguna oportunidad! ¡No les queda nada por arrebatarnos! ¡Nos quitan la tierras! ¡Nos quitan la libertad! ¡Nos quitan a nuestras mujeres! ¡Y luego nos quitan la vida! Wright relega a las mujeres a la posición de propiedad;