Las feministas blancas se concentraron tanto en la disparidad entre la situación económica del hombre blanco y la mujer blanca como indicador del impacto negativo del sexismo que pasaron por alto el hecho de que, en la sociedad estadounidense, los hombres de clase baja y pobres son tan capaces de oprimir y maltratar a las mujeres como cualquier otro grupo de hombres.