Antes de que los hombres blancos apoyaran el sufragio de los hombres negros, las activistas blancas habían creído beneficioso para su causa aliarse con activistas políticos negros, pero, cuando pareció que los hombres negros podían conseguir el voto mientras que a ellas seguía privándoselas de él, aparcaron a un lado la solidaridad política con los negros e instaron a los hombres blancos a dejar que la solidaridad racial se impusiera a su defensa del sufragio para los hombres negros.