La forma en que la gente elige sus palabras clave muestra claramente si piensan como un archivista o un escritor. ¿Se preguntan dónde guardar una nota o cómo recuperarla? El archivista se pregunta: ¿qué palabra clave es la más adecuada? Un escritor se pregunta: ¿en qué circunstancias me quiero encontrar con esta nota, incluso si la olvido? Es una diferencia crucial.