Si hay un consejo que vale la pena dar es tener en cuenta que el primer borrador es solo el primer borrador. Slavoj Žižek dijo en una entrevista[41] que no sería capaz de escribir ni una sola frase si no empezaba por convencerse de que solo estaba escribiendo algunas ideas para sí mismo, y que tal vez podría convertirla en algo publicable más tarde. Cuando paraba de escribir, siempre se sorprendía al ver que lo único que le quedaba por hacer era revisar el borrador que ya tenía.