la mayoría del alumnado elige día tras día no ponerse a prueba de ninguna manera. En cambio, aplican el mismo método que la investigación ha demostrado casi completamente inútil una (Karpicke, Butler y Roediger 2009) y otra vez (Brown 2014, cap. 1): releer y subrayar las frases para releerlas más tarde. Y la mayoría de ellos eligen el mismo método, aunque les enseñen que no funciona.