En lugar de repasar un texto, mejor podrías jugar una partida de ping-pong. De hecho, es probable que te ayude más porque el ejercicio ayuda a transferir información a la memoria a largo plazo (cf. Ratey, 2008). Además, el ejercicio reduce el estrés, lo cual es bueno, porque el estrés inunda el cerebro con hormonas que suprimen los procesos de aprendizaje (Baram et al., 2008).