Sin embargo, la mayor diferencia radica en la tarea a la que te enfrentas para empezar. Es mucho más fácil comenzar si el siguiente paso es tan factible como «escribir una nota», «recopilar lo que es interesante en este documento» o «convertir esta serie de notas en un párrafo» que si decidimos pasar los próximos días con una tarea vaga y mal definida como «seguir trabajando en ese documento atrasado».