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December 1, 2020 - January 2, 2021
¡Coño! ¿Para qué es la vida entonces si no puedes salir a fiestas y divertirte?
integral a la reforma de inmigración.12 La consideraba “el tercer riel de la política estadounidense”; quien tocara este asunto era muy probable que perdiera la reelección.
—Tienes que enfocarte en la gratitud —dijo suavemente Sandy—. Necesitas estar tranquila y agradecida. Todo va a acomodarse. Vas a estar bien, pero tienes que empezar desde un estado de gratitud y abundancia, no de miedo y escasez.
Nadie podía ayudarme con esto. Ni Gérman, ni mis padres, ni mis hijos, ni mi inexistente agente. Yo solita iba a tener que comerme mi chingado miedo.
No podía asustarlos con el tema del dinero como mi padre lo había hecho conmigo y con mis hermanos, contando cada céntimo y nunca, absolutamente nunca, sintiéndonos en una posición de abundancia.
Todo esto les sucede, en nuestra propia cara, a ciertas personas por una única razón: no haber nacido aquí.
Era un ruso que había abandonado la preparatoria en Coney Island y que desconocía por completo que no tenía papeles hasta que fue arrestado por vender marihuana en una esquina de una calle en Queens cuando tenía diecinueve años. Ahora tenía veintidós y nunca había visitado Rusia desde que sus padres lo trajeron cuando tenía dos años. Se estaba preparando para ser deportado a Moscú y se notaba que estaba preocupadísimo.
“En ausencia de una reforma, no nos queda más que, esencialmente, la aplicación de la ley en su máxima expresión… Esa es nuestra política de inmigración”, bajo un presidente demócrata progresista.
sobrenombre de tres palabras a Barack Obama que los ha perseguido a él y a su presidencia desde entonces: Deportador en Jefe.
Conocí a una ejecutiva latina, que era una triatleta, y me contó que se basaba en las reglas del buceo para dirigir su compañía multimillonaria. “La lección número uno del buceo es nunca dejar de respirar”, me explicó. “Y es precisamente lo que tienes que hacer. Respira en cada momento de dolor y crecimiento de tu compañía”.
no me di por vencida.
Si este presidente me busca es porque soy las cinco cosas que más odia: soy mexicana, inmigrante, periodista, mujer y —pausa… espéralo— no soy tetona.
Jamás olvidaré cuando, en 2011, entrevisté a Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración, quien me miró a los ojos y me explicó: Los inmigrantes son parte del pasado de nuestro país. Fuimos ese país que necesitaba inmigrantes. Ya no somos ese país. Eso fue en la adolescencia de nuestro país. Ahora somos un país maduro. Esa narrativa inmigrante ya no es lo que somos ahora. No los necesitamos más.
Este odio y desconfianza del otro es una enfermedad que se está propagando por todas partes. Cada uno de nosotros es responsable de tratar de detener su expansión y diseminación; eso es lo que está bajo nuestro control.
No todos nos permitimos realizar nuestros sueños de libertad. Tal vez ustedes sueñen con liberarse de un empleo, una relación, una ciudad… Pero actuar con libertad puede ser una de las cosas que más temor nos causan.

