La mayoría conocemos el liderazgo con control. El jefe aprueba y dirige las iniciativas, acciones y decisiones del equipo. A veces puede controlar las decisiones de los empleados por medio de una supervisión directa: diciéndoles lo que deben hacer, manteniendo contactos frecuentes y corrigiendo cualquier tarea que no se haga como él desea. También puede conferir más poder a sus empleados, evitando una supervisión directa pero instaurando procesos de control.