En muchas empresas de Estados Unidos, cuando un directivo decide despedir a alguien, se le pide que inicie un proceso denominado Plan de Mejora del Rendimiento (PMR). Eso significa que el directivo debe documentar las conversaciones semanales que mantiene con el empleado en cuestión durante varios meses y demostrar por escrito que este no ha hecho progresos pese a las críticas a su trabajo. Los PMR rara vez ayudan a los empleados a mejorar y demoran el despido muchas semanas.

