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Kindle Notes & Highlights
Atestiguaba claridad de propósito y entrañaba una promesa de aventura.
un hombre debe dominar sus circunstancias para que éstas no lo dominen a él,
la tristeza es una emoción que conviene compartir. O guardarse para uno mismo.
Siempre había creído que un caballero tenía que mirarse en el espejo con desconfianza. Pues los espejos no eran herramientas para descubrirse a uno mismo, sino más bien para engañarse.
qué bonito puede parecer casi cualquier empeño humano si se expresa en correcto francés...»
Pero a los virtuosos que han perdido el rumbo, las Parcas sólo suelen ofrecerles una guía.
Todas las familias felices se parecen; las desgraciadas, sin embargo, lo son cada una a su manera.
—Los tiempos no tienen más remedio que cambiar, señor Halecki. Y los caballeros no tenemos más remedio que cambiar con ellos.
Porque es cierto: los tiempos cambian. Cambian sin cesar, de forma inevitable, con inventiva.
Porque, al fin y al cabo, si la concentración debe medirse en minutos y la disciplina en horas, la invencibilidad debe medirse en años.
al menos pongámonos de acuerdo en que cualquier persona sensata celebra lo que puede.
Por naturaleza, los seres humanos son tan caprichosos, tan complejos, tan maravillosamente contradictorios, que merecen no sólo nuestra consideración, sino también nuestra reconsideración, y nuestra firme determinación de guardarnos nuestra opinión hasta habernos relacionado con ellos en todas las situaciones y a todas las horas posibles.
Porque si un hombre tiene la buena suerte de ser escogido entre la multitud por una beldad impetuosa, ¿acaso no debe estar preparado para que lo despidan sin mucha ceremonia?
Después de tantos años luchando y esforzándose, abrigando esperanzas y rezando, cargando con expectativas, soportando opiniones, respetando el decoro y dando conversación, lo que buscan, sencillamente, es un poco de paz y tranquilidad.
una promesa: la promesa de brillar en todas partes, siempre, hasta el mismo final de los días, lo que, al fin y al cabo, es lo único que siempre le hemos pedido al amor.
nuestra congoja es lo único que al final desmiente todo lo que es efímero en el amor.
confiar en que la vida acabará encontrándola. Porque al final nos encuentra a todos.
ahorrar no es sólo guardar, sino también saber gastar.
Hay muchas razones para pedir determinada botella de vino. Y la añoranza del hogar está entre las mejores.
Si alguna vez duda, sólo tiene que recordar que, a diferencia de los adultos, los niños quieren ser felices.
cuando el destino le entrega algo a la posteridad, lo hace a escondidas.
cuando la vida nos impide perseguir nuestros sueños, nos empeñamos en perseguirlos de todas formas.
Una de las limitaciones propias de la juventud, querida mía, es que nunca sabes cuándo acaba de empezar una gran aventura.
la vida no avanza mediante saltos y brincos. La vida se despliega.
la señal más clara de sabiduría era la alegría constante.
El destino es imparcial y generalmente prefiere mantener cierto equilibrio entre las probabilidades de éxito y las de fracaso en todos nuestros empeños.