—No era tu padre, si estás pensando eso, a él también le llevaron hasta el precipicio. La diferencia es que tu padre esperó a salvar algo más que su propia vida, no podía dejar a su madre viuda y sola. Eso lo retuvo en España y cuando quiso reaccionar se le vino todo encima. El matrimonio con tu madre le salvó... —Su rostro se tornó melancólico—. Tu padre es un hombre íntegro envuelto en papel celofán del régimen.