La dificultad con la MLP es de organización —la de introducir el material e imaginar cómo recuperarlo—, y no de capacidad. El almacenamiento y la recuperación resultan más fáciles cuando el material tiene sentido, cuando encaja en lo que ya se conoce. Si el material carece de sentido, habrá que trabajar en él, estructurarlo e interpretarlo, hasta que por fin se pueda retener.

