Max

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Agustín se maravillaría del hecho que los paganos fueran capaces de adorar a tantos dioses diferentes sin discordia, mientras los cristianos, que solo adoraban a uno, se escindían en incontables facciones enfrentadas. De hecho, muchos paganos como Celso parecían elogiar activamente la pluralidad. Para los cristianos, esto era un anatema. Cristo era el camino, la verdad y la luz, y todo lo demás no solo era erróneo, sino que arrojaba al creyente a la oscuridad demoníaca. Permitir que alguien mantuviera una forma de adoración alternativa o una modalidad herética de cristiandad no era permitir la ...more
La edad de la penumbra: Cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico
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