Max

10%
Flag icon
Por escoger un ejemplo entre muchos, en el 386 d.C. se aprobó una ley que tenía como objetivo a «quienes discuten de religión» en público. Esa gente, advertía la ley, eran los «perturbadores de la paz de la Iglesia» y «pagarán el castigo por alta traición con sus vidas y su sangre».[66]
La edad de la penumbra: Cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico
Rate this book
Clear rating
Open Preview