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Kindle Notes & Highlights
Las víctimas cuentan que cuando los insultan y los humillan y nadie acude en su defensa, empiezan a creer que se lo merecen. Comienzan a juzgarse a sí mismos y a pensar que son inferiores.
Ayuda a los estudiantes a ver sus actos como parte de un proceso que los llevará a ser mejores.
tú eres una persona en desarrollo y yo me intereso por ese desarrollo.
¿No será que insistir tanto sobre la inteligencia o el talento hace que los niños –todos los niños– estén aún más obsesionados con ello?».
elogiar la inteligencia de los niños daña su motivación y su rendimiento.
Si el éxito significa que son listos, entonces el fracaso significa que son tontos.
Con frecuencia, en estos casos no es el puro trabajo lo que funciona, sino encontrar la estrategia correcta.
«El elogio no debería ser sobre los atributos personales del niño, sino sobre su esfuerzo y sus logros».
las habilidades y los logros llegan por la entrega y el esfuerzo.
La rapidez y la perfección son enemigos del aprendizaje difícil: «Si crees que soy listo porque soy rápido y perfecto, será mejor que no me meta en algo que sea muy difícil».
Existe un mensaje poderoso en nuestra sociedad acerca de cómo estimular la autoestima de los niños, y una parte principal de ese mensaje es: ¡protegedlos de los fracasos!
El autoengaño no es un buen punto de partida para recuperarse o mejorar.
¿Acaso tener capacidad te lleva a donde quieras llegar?
Constructiva significa ayudar a los niños a superarse, a enmendar errores o a hacer mejor un trabajo.
Pero los profesores tienen preocupaciones añadidas, ya que tienen que enfrentarse con aulas llenas de alumnos que tienen habilidades diferentes y en cuyo aprendizaje anterior ellos no han tenido nada que ver. ¿Cuál sería la mejor manera de educar a esos alumnos?
Los profesores excelentes creen en el desarrollo del intelecto y del talento, y están fascinados por el proceso del aprendizaje.
Los profesores de mentalidad fija crean una atmósfera de juicio. Observan el rendimiento inicial de los alumnos y deciden quién es inteligente y quién es tonto. Y luego abandonan a los «tontos»: «Ellos no son mi responsabilidad». No creen en la capacidad de mejorar, así que ni lo intentan.
Muy pocos profesores logran conducirte realmente a tu potencial definitivo.
un buen profesor es quien sigue aprendiendo junto a los alumnos.
Todo empieza en la mentalidad de crecimiento, tanto en uno mismo como en los niños. No con palabras bonitas sobre la idea de que todos los niños pueden aprender, sino con un profundo deseo de conectar con la mente de cada niño e iluminarla.
«Cuando te diga que eres un imbécil, no lo escuches, pero cuando empiece a decirte por qué eres un imbécil, entonces escúchalo. Mejorarás».
«Tienes que dedicarte cada día a ser un poco mejor. Al dedicarte a la tarea de ser un poco mejor todos y cada uno de los días durante un cierto tiempo, llegarás a ser mucho mejor».
No pedía partidos sin errores, no exigía a sus jugadores que no perdiesen nunca. Les pedía preparación y esfuerzo completos: «¿He ganado?, ¿he perdido? Esas son preguntas equivocadas. La pregunta correcta es: ¿me he esforzado al máximo?» 59 Si es así, dice: «Podrá ser que te hayan superado en el marcador, pero tú no perderás nunca».
«El éxito te adormece, hace que hasta el más ambicioso de nosotros se vuelva autocomplaciente y descuidado».
«Levantad la cabeza –les dijo Summitt–. Si ponéis tanto esfuerzo como hoy todas las veces, si lucháis así, os digo, os prometo, que estaremos en las eliminatorias de marzo».
¿La conclusión? Cuidado con el éxito. Puede golpearte hasta llevarte a la mentalidad fija: «Gané porque tengo talento, por lo tanto seguiré ganando». El éxito puede infectar a un equipo, lo mismo que a una persona.
Si eres profesor, recuerda que bajar el nivel no hace que suba la autoestima de tus alumnos, pero subirlo sin proporcionarles un modo de alcanzarlo tampoco los ayuda. La mentalidad de crecimiento te proporciona una vía para establecer niveles altos y para hacer que tus alumnos los alcancen. Intenta presentar los temas en un marco de crecimiento y enfocarte –y enfocarlos– en el proceso no en el resultado. Ya verás lo que pasa. Te va a gustar.
Recuerda que los grandes profesores creen en el crecimiento del talento y del intelecto y que les fascina el aprendizaje.
en lugar de exigir partidos sin error alguno, pide compromiso y esfuerzo completos;
La mentalidad de crecimiento se basa en la creencia en el cambio.
En mi trabajo veo montones de niños pequeños así: niños inteligentes y habilidosos que se quedan paralizados ante los obstáculos.
No, eso significa que el cambio no es como la cirugía. Incluso cuando cambias, las viejas creencias no se eliminan simplemente como si fuesen una cadera o una rodilla estropeada que se reemplaza por una prótesis. En vez de eso, las creencias nuevas toman sitio al lado de las antiguas, y según se van haciendo más fuertes te van dando una forma diferente de pensar, de sentir y de actuar.
Ahora dice: ve por ello, haz que ocurra. Desarrolla tus habilidades, persigue tu sueño.
Son precisamente los chicos de mentalidad fija los que entran en pánico y corren a refugiarse, mientras su motivación y sus notas se derrumban.
Mucha gente cree que el cerebro es un enigma. No saben mucho de la inteligencia, ni de cómo funciona. Cuando piensan en lo que puede ser la inteligencia, muchos creen que una persona nace o bien inteligente, o bien promedio, o bien tonta, y que así se queda para el resto de su vida. Pero las nuevas investigaciones demuestran que el cerebro se asemeja más a un músculo: cambia y se fortalece cuando lo utilizas. Y los científicos han sido capaces de mostrar cómo crece el cerebro y cómo se fortalece cuando aprendes.
Cuando aprendes algo nuevo, esas minúsculas conexiones del cerebro se multiplican y se hacen más fuertes. Cuanto más desafíes a tu mente a aprender, tanto más crecerán tus neuronas. Entonces, aquello que una vez te pareció muy difícil, o incluso imposible –como hablar una lengua extranjera o estudiar álgebra–, de repente resulta fácil. El resultado es un cerebro más fuerte y más inteligente.
El taller de mentalidad puso a los alumnos a cargo de sus cerebros. Liberados del cepo de la mentalidad fija, Jimmy y los demás como él podían utilizar ahora sus mentes más libre y completamente.
Ahora mi actitud hacia las asignaturas con las que tengo problemas es estudiar y perfeccionar mis habilidades
Piensa en algo que necesites hacer, o en algo que quieras aprender, o en un problema con el que tengas que enfrentarte. ¿Qué es? Ahora haz un plan concreto. ¿Cuándo continuarás con tu plan?, ¿cómo lo harás?, ¿dónde lo harás? Piensa en ello con mucho detalle.
Esos planes concretos –los planes que puedes visualizar– sobre cuándo, cómo y dónde vas a hacer algo conducen a niveles verdaderamente altos de seguimiento, lo que, por supuesto, aumenta las posibilidades de éxito. De modo que la idea no es solamente hacer un plan de mentalidad de crecimiento, sino también visualizar, de manera concreta, cómo vas a sacarlo adelante.
¿Cómo podrás sentirte mejor contigo mismo si no eres más valioso que la gente a la que menosprecias?
Es interesante: empezaste queriendo cambiar el comportamiento de los demás, y eres tú el que cambia.
Al final, muchas personas de mentalidad fija comprenden que su manto de originalidad era realmente una armadura en la que se habían metido para sentirse seguras, fuertes y valiosas. Sin embargo, aunque muy al principio pudiera haberlas protegido, después ha restringido su crecimiento, las ha enviado a batallas perdidas y las ha distanciado de las relaciones interpersonales satisfactorias.
La mentalidad fija es muy tentadora. Se ve que promete a los niños una vida entera de valía, de éxito y de admiración solo con quedarse sentados y ser lo que son. Por eso se necesita tanto trabajo para hacer que florezca la mentalidad de crecimiento cuando la fija ya ha echado raíces.
Tú podrías haber necesitado una hija que fuese la número uno en todo, pero tu hija necesitaba algo distinto: aceptación de sus padres y libertad para crecer.
«Dejar de fumar es fácil, yo lo he hecho cientos de veces».
La próxima vez que te pongas a dieta piensa en Nathan y recuerda que la fuerza de voluntad no es algo que se tiene o no se tiene. La fuerza de voluntad necesita ayuda.
Es sorprendente: una vez que mejora un problema, a menudo la gente deja de hacer lo que provocó la mejoría. Una vez que te sientes mejor, dejas de tomarte la medicina.
Por eso el cambio de mentalidad no consiste solo en aprender unos cuantos trucos. De hecho, si alguien permanece dentro de la mentalidad fija y utiliza estrategias de crecimiento, todo le puede salir al revés.