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no hay que creerse a pies juntillas lo que los demás opinen de nosotros.
«Judit empezó despacio, pero trabajó muchísimo» 32.
El talento natural no debería necesitar esfuerzo; el esfuerzo es para los demás, para los menos dotados. El talento natural no pide ayuda, ya que sería una admisión de debilidad. Resumiendo, el talento natural no analiza sus defectos, ni los elimina entrenando o practicando. La mera idea de ser imperfecto es aterradora.
¿Por qué parecía que Ali se «volvía loco» antes de cada pelea? Torres señala que era porque sabía que el golpe que noquea es el que no se ve venir. Ali dijo: «Liston tenía que creer que yo estaba loco, que era capaz de hacer cualquier cosa. No podía ver de mí absolutamente nada más que mi bocaza, ¡y eso era lo que yo quería que viera!».
«Solamente quiero que me recuerden como una mujer muy trabajadora».
Los talentos naturales, llevados por su superioridad, no aprenden cómo trabajar duro ni cómo enfrentarse a los contratiempos.
Carácter, dijeron los periodistas deportivos. Lo reconocen en cuanto lo ven: es la habilidad de profundizar para encontrar la fuerza, hasta cuando las cosas están en tu contra.
«La fuerza para dar ese último salto llegó desde los muchos sufrimientos de todos estos años [...] Reuní todos mis dolores y los convertí en un rendimiento poderoso».
También Joyner-Kersee mostró todas las cualidades del héroe: la pérdida, la vulnerabilidad cerca de la derrota y después un regreso y un triunfo final.
Se necesita un carácter verdadero para seguir trabajando tanto como antes, o incluso más, cuando ya has llegado. Cuando leas que un deportista o un equipo gana una y otra vez y otra, recuérdate a ti mismo: «Más que habilidad, lo que tiene es carácter».
No me importa perder, mientras yo vea mejoras o crea que lo he hecho lo mejor que podía.
«Hubo una vez –tengo que admitirlo– en que tenía tan hinchada la cabeza de orgullo que apenas si cabía por la puerta».
Recuerda que en la mentalidad fija el esfuerzo no es causa de orgullo, sino algo que proyecta dudas sobre tu talento.
Experimentaba constantemente lo que funcionaba y lo que no, pero también tenía un plan a largo plazo que lo guíaba: «Conozco mi juego; sé lo que quiero conseguir; sé cómo llegar a ello». 69
En lugar de estar contenta con ser una estrella, busca mejorar todo el tiempo.
La mentalidad fija había hecho que un fallo fuese algo intolerable.
Estos dirigentes no eran del tipo exuberante y carismático que van rezumando su ego y su autoproclamado talento; eran personas modestas que hacían preguntas constantemente y poseían la habilidad de enfrentarse a las respuestas más descarnadas, o sea, eran capaces de mirar a la cara a los fracasos, incluso los suyos propios, mientras mantenían la fe en que al final triunfarían.
Los líderes de mentalidad fija, como la gente de mentalidad fija en general, viven en un mundo en el que ciertas personas son superiores y otras son inferiores. Tienen que reafirmar continuamente su superioridad y la empresa es simplemente una plataforma para ello.
Iacocca vivía con una mentalidad fija. Aunque al principio le encantaba el negocio de los automóviles y tenía unas ideas avanzadas, su necesidad de demostrar su superioridad empezó a ser dominante y fue eliminando su disfrute y sofocando su creatividad.
«Darle gato por liebre a alguien era una señal de creatividad y de grandeza».
Como señala Morgan McCall en su libro Voladores de altura: «Desgraciadamente, a la gente le gustan a menudo las cosas que van en contra de su crecimiento [...] A la gente le gusta utilizar sus puntos fuertes [...] para conseguir resultados espectaculares y rápidos, incluso si[...] no desarrolla las habilidades nuevas que necesitará más adelante. A la gente le gusta creer que es tan buena en algo como todos dicen [...] y no toma sus debilidades tan en serio como debiera. A la gente no le gusta oír malas noticias, ni recibir críticas... Existe un riesgo tremendo [...] al abandonar lo que uno
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Cuando los jefes reparten humillaciones, sobreviene un cambio en el ambiente: todo empieza a girar alrededor del jefe para complacerlo.
«El mismísimo momento en que el líder se permite convertirse en la realidad principal por la que la gente se preocupa, en lugar de que la realidad misma sea lo primero, ya tenemos la receta para la mediocridad, o peor aún».
Cuando los jefes se vuelven controladores y abusivos, introducen a todos en una mentalidad fija. Eso significa que, en lugar de aprender y de empujar a la empresa hacia delante, los trabajadores empiezan a preocuparse por si los juzgan. Para el valor y la innovación es difícil sobrevivir a la mentalidad fija cuando está extendida por toda la empresa.
Lo que aprendió fue que la auténtica confianza en uno mismo es «el valor de estar abierto, de darle la bienvenida a los cambios y a las nuevas ideas, independientemente de donde vengan». 57 La confianza verdadera en uno mismo no se refleja en un título, ni en un traje caro, ni en un automóvil, ni en una serie de compras; se refleja en tu mentalidad, en tu disposición a crecer.
un guía, no un juez.
Si dirigimos a gente buena que claramente se está castigando mucho porque ha cometido un error, nuestro trabajo es ayudarla a superarlo».
Y todos ellos estaban convencidos de que el liderazgo tiene que ver con el crecimiento y la pasión, no con la genialidad.
El pensamiento grupal puede darse también cuando un líder de mentalidad fija castiga la disconformidad. Es posible que la gente no deje de pensar críticamente, pero deja de hablar sinceramente.
Quienes habían sido situados en la mentalidad de crecimiento perseveraban en busca de resultados favorables, incluso cuando se topaban con puntos difíciles o muertos.
las personas con mentalidad de crecimiento tienen mayor capacidad de aprendizaje.
buscar directivos que también encarnen una mentalidad de crecimiento: un placer al enseñar y al aprender, una apertura a hacer y recibir comentarios y una habilidad de enfrentarse a los obstáculos y superarlos.
«Yo creo [...] que cualquier persona, sean cuales sean su edad y sus circunstancias, es capaz de transformarse a sí misma».
La lección es esta: crea una organización que aprecie el desarrollo de las habilidades, y observa cómo emergen los líderes.
Recuerda, los empleados pueden ser pensadores independientes y, a la vez, jugadores de equipo. Ayúdalos a cumplir ambos papeles.
Supongo que cada relación te enseña lo que es ideal para ti».
Nicole era como el jugador de fútbol que corrió hacia el lado equivocado. Ante ella se presentó un acontecimiento que podría haberla humillado, pero que en lugar de eso la engrandeció.
Uno de los problemas es que la gente de mentalidad fija espera que todo lo bueno ocurra de forma automática. Los auténticos compañeros no necesitan esforzarse para convivir y resolver juntos los problemas que vayan surgiendo; todo se dará mágicamente por obra y gracia del amor.
«Cada matrimonio exige un esfuerzo para mantenerse en el camino, existe una tensión constante [...] entre las fuerzas que lo mantienen unido y las que pueden destrozarlo».
Parte de la creencia del poco esfuerzo es la idea de que las parejas tienen que ser capaces de leer la mente del otro: «Nosotros somos como uno. Mi pareja debe saber lo que pienso, lo que siento y lo que necesito; y yo debo saber lo que mi pareja piensa, siente y necesita». Pero eso es imposible. Leer la mente en lugar de utilizar la comunicación es contraproducente de manera inevitable.
Mucha gente de mentalidad fija cree que una pareja debe compartir todos los puntos de vista.
Una relación sin esfuerzo está condenada, no es una gran relación. Se necesita trabajar para comunicar acertadamente y se necesita esfuerzo para sacar a la luz los conflictos y resolverlos entre esperanzas y creencias. Esto no quiere decir que no haya «y fueron felices y comieron perdices», pero sería más bien algo así como «y trabajaron felices y comieron perdices».
La creencia de que los miembros de la pareja tienen la posibilidad de cambiar no debe confundirse con la creencia de que cambiarán. Los miembros de la pareja tienen que querer cambiar, comprometerse con el cambio y emprender acciones concretas al respecto.
Cuando uno falla en otras tareas, es más difícil echarle la culpa a otro, pero cuando algo va mal en una relación, culpar al otro es lo más sencillo. De hecho, en la mentalidad fija se tiene un abanico de opciones limitado. Una de ellas es culpar a tu carácter (que según esa mentalidad es invariable) y la otra es culpar al de de tu pareja. Ya ves lo tentador que resulta endilgarle la culpa al otro.
La idea que subyace es que cuanto más abajo estés tú, mejor me sentiré yo.
Su respuesta fue que todo el mundo tiene virtudes y defectos y que si buscabas solamente gente perfecta, tu círculo social se empobrecería.
pero cuando necesitas validación constante utilizas a la gente para conseguirla.
—Gracias por haberme hablado de ti.
Tus fracasos y tus desgracias no amenazan la autoestima de los demás. Desde el punto de vista del ego es fácil ser empático con alguien necesitado. Son tus bienes y tus éxitos los que suponen un problema para la gente que obtiene su autoestima de sentirse superior.
la timidez dañaba las interacciones sociales de quienes tenían mentalidad fija, pero no dañaba las de aquellos que tenían una mentalidad de crecimiento.