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tal vez no seamos conscientes de nuestras teorías privadas hasta que nos pregunten sobre ellas.
los profesores que les permitían gozar de privilegios especiales a los alumnos más brillantes de la clase y enfatizaban lo distintos que eran del resto les estaban inculcando sin darse cuenta una mentalidad fija.336 A lo largo del curso, los alumnos de los profesores que actuaban de este modo acabaron prefiriendo los juegos y los problemas fáciles «para acertar en muchos». Al final del año escolar tendían más a coincidir en que «la capacidad de los alumnos brillantes siempre será la misma».
“Si sigues trabajando duro y aprendiendo, acabarás saliéndote con la tuya”.»
Por lo visto, unas veces lo que no nos mata nos hace más fuertes y otras, más débiles. Pero la pregunta más apremiante es: ¿cuándo? ¿Cuándo una dificultad lleva a la esperanza y cuándo, a la desesperanza?
Lo que he expuesto se sintetiza así: una mentalidad fija sobre la capacidad propia lleva a formular explicaciones pesimistas de las adversidades, y esto a su vez lleva a renunciar a los retos y a evitarlos. Mientras que una mentalidad de crecimiento lleva a una forma optimista de explicarlas, por lo que fomenta la perseverancia y la búsqueda de nuevos retos que nos harán más fuertes aún.
Mi primera sugerencia para ello es que actualices tus creencias sobre la inteligencia y el talento.
Carol también explica que el cerebro es asombrosamente adaptativo. Como un músculo que se robustece al ejercitarlo, el cerebro cambia cuando intentamos superar un nuevo reto. A decir verdad, no hay una sola etapa de la vida en la que siga siendo el «mismo». A lo largo de toda ella las neuronas pueden crear nuevas conexiones con otras y reforzar las existentes. Además, durante la adultez tenemos la capacidad de producir mielina,351 una especie de capa aislante que protege las neuronas y agiliza las señales que circulan por ellas.
Si quieres infundirles grit a tus hijos, pregúntate ante todo cuánta pasión y perseverancia pones en tus objetivos y si tu forma de educarles les anima a emularte. Si la respuesta a la primera pregunta es «mucha» y a la segunda «es muy probable», significa que ya les estás infundiendo grit.
Por lo visto, los profesores psicológicamente sensatos marcan una gran diferencia en la vida de sus alumnos.
Ron Ferguson es un economista de Harvard que ha reunido más información que cualquier otra persona que conozco en cuanto a comparar los profesores competentes con los incompetentes. La Fundación Gates financió un estudio reciente de Ron para estudiar a los alumnos y los profesores en 1.892 aulas.388 Descubrió que los profesores exigentes, descritos por sus alumnos como «Mi profesor me exige que dé lo mejor de mí» y «En esta clase los alumnos se comportan como mi profesor quiere», consiguen que el nivel de estudios de sus alumnos aumente de forma medible año tras año. Los profesores solidarios
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Pero creo que los niños progresan cuando dedican al menos una parte de la semana a esforzarse en actividades que les gustan.
los niños que más tiempo dedican a actividades extraescolares395 rinden más en cualquier sentido: sacan mejores notas, tienen una mayor autoestima y se meten menos en problemas, por no citar otros muchos efectos positivos.
«la puntuación de la constancia se basaba en la evidencia de un compromiso continuo y resuelto401 con ciertos tipos de actividades (en el instituto) en contraposición a esfuerzos esporádicos en diversas áreas».
El poder predictivo de la constancia era asombroso. Después de las notas del instituto y la SAT, la constancia en las actividades extraescolares del instituto predecía más que ninguna otra variable quiénes se graduarían con la máxima calificación en una universidad. Asimismo, la constancia era el único mejor predictor en cuanto a ocupar una posición de líder por nombramiento o elección como joven adulto. Y, por último, la constancia preveía mejor que cualquier otra de las más de cien características personales evaluadas por Willingham, llegar a alcanzar un éxito notable como joven adulto en
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El secreto estaba en que se habían apuntado a algo, y al año siguiente lo habían hecho de nuevo, y durante ese tiempo habían realizado algún tipo de progreso.
Prever quién perseverará en la universidad y obtendrá su titulación y quién no lo hará es uno de los problemas más difíciles en las ciencias sociales. Nadie ha dado con una respuesta satisfactoria.
Las ratas que tuvieron que esforzarse más para ganarse una recompensa, comparadas con las de la «condición fácil», demostraron hacer la segunda tarea con más energía y resistencia.
los niños que aprendieron a realizar tareas cada vez más difíciles (en lugar de tareas fáciles) se esforzaron más al copiar la lista.
A base de práctica aprendemos a ser diligentes.
Bob llegó más lejos aún afirmando que si los animales no experimentan de forma directa la relación entre esfuerzo y recompensa, ya sean ratas o personas, se dejan llevar por la pereza. Después de todo, la evolución ha hecho que nuestro cuerpo procure evitar, siempre que sea posible, el esfuerzo del consumo de calorías.
En el pasado me rendí en una carrera y aprendí que esto era mucho peor que aguantar el sufrimiento que me esperaba. Es una lección que necesitas aprender. No naces sabiéndola.»
Tanto si somos conscientes como si no, la cultura en la que vivimos, y con la que nos identificamos, condiciona enormemente cada aspecto de nuestro ser.
Pero cuando vas a un lugar donde todos los que conoces se levantan a las cuatro de la madrugada para entrenar, lo haces y punto. Sin darle más vueltas. Se vuelve un hábito.»
Lo esencial es lo que dices y cómo lo dices.»
«el talento es algo común, pero lo que inviertes en desarrollarlo es la medida definitiva y esencial de la grandeza».
Adquiere la costumbre de ponerte retos a diario para sobresalir en alguna habilidad. Puedes vincular tu trabajo con un propósito que vaya más allá de ti. Y aprender a tener esperanza cuando la situación parezca no tener remedio.
Acabar todo cuanto empiezas sin excepción es una buena forma de perder oportunidades de empezar otras cosas quizá mejores. Lo ideal es que aunque dejes una actividad y elijas otras metas distintas del nivel inferior, sigas perseverando en el objetivo que más te interesa.
De hecho, en los estudios sobre cómo evaluamos a los demás, la ética es lo que más peso tiene460 para nosotros comparada con otros rasgos del carácter.
Para prever los logros académicos, como por ejemplo obtener la máxima calificación, el grupo en el que se encuentra el grit es el mejor. Sin embargo, para prever un funcionamiento social positivo, como por ejemplo cuántos amigos tendremos, el carácter interpersonal es lo que más cuenta. Y para prever una actitud positiva e independiente hacia el aprendizaje, la virtud intelectual supera a las otras. A la larga, la pluralidad del carácter hace que no sea importante solamente una virtud.
Tener grit es seguir dando un paso tras otro. Perseverar en una meta interesante y llena de sentido. Es dedicarnos, día tras día y año tras año, a una práctica que supone un reto. Es caernos al suelo siete veces y levantarnos ocho.
La escritura está hecha de fracasos.468 De un intento fallido tras otro».
El reto de escribir es ver tu vida horrible por escrito. Es ver tu monstruosidad y aun así irte a dormir. Y despertarte al día siguiente. Y tomar esa vida horrible y esa monstruosidad, y perfeccionarla para que sea menos horrible y monstruosa. E irte a dormir de nuevo. Y levantarte al día siguiente, y volver a perfeccionarla un poco más, para que no sea tan mala. E irte a dormir hasta el día siguiente. Y volver a hacerlo. Hasta conseguir que sea una costumbre. E intentarlo de nuevo, y si tienes suerte quizás acabes destacando en lo tuyo. Y el éxito es hacer esto.