La madre tierra nunca intenta cultivar sin ganado; siempre planta cultivos variados; se pone gran esmero en preservar el suelo y prevenir la erosión; los desechos mezclados de vegetales y animales se convierten en humus: nada se desperdicia; los procesos de crecimiento y decadencia se equilibran mutuamente; se tiene el mayor de los cuidados en almacenar el agua de lluvia; se deja que tanto las plantas como los animales se protejan a sí mismos contra las enfermedades.