Juan Monsalve

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Aparte del trauma que sufrió el sábado de abril en el que lo marcaron y castraron, uno se imagina que al echar la vista atrás 534 recordará esos seis meses como los buenos tiempos. Quizá sea insensato por nuestra parte creer que sabemos lo que experimenta una vaca, pero al menos podemos afirmar que un ternero que pasta en el campo está haciendo aquello para lo que la evolución lo preparó a conciencia. Sin embargo, por extraño que parezca, comer hierba es algo que, después de octubre, mi buey nunca volvería a tener la oportunidad de hacer.
El dilema del omnívoro: En busca de la alimentación perfecta
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