Tal como se relata en la historia oficial de McDonald’s escrita por John Love, Wallerstein puso en práctica todo lo que se le ocurrió para tratar de engordar las ventas —dos por uno, ofertas en las sesiones matinales—, pero vio que le resultaba simplemente imposible inducir a los clientes a comprar más de un refresco y un paquete de palomitas. Y creía saber por qué: repetir ración hace que la gente se sienta un poco glotona. Wallerstein descubrió que la gente se lanzaría a por más palomitas y refrescos —muchos más— siempre que se vendiesen en una sola ración gigante.