Pregunté al encargado del cebadero por qué no se limitaban a rociar el estiércol licuado sobre las granjas vecinas. «Los granjeros no quieren», me explicó. Los niveles de nitrógeno y fósforo son tan altos que rociar los cultivos supondría matarlos. Lo que no dijo es que los desechos del cebadero también contienen metales pesados y residuos hormonales, químicos persistentes que terminan en vías fluviales corriente abajo, donde los científicos han encontrado peces y anfibios con características sexuales anómalas. Los CAFO como Poky transforman lo que en una escala adecuada habría sido una
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