Antes de someterse a esta dieta concentrada, los recién llegados al complejo disfrutan de unos cuantos días de heno fresco de tallo largo (no comen durante su largo viaje y pueden llegar a perder hasta 45 kilos, así que deben reactivar con cuidado sus panzas). A lo largo de las siguientes semanas su ración diaria subirá gradualmente hasta casi 15 kilos de pienso, tres cuartos de los cuales son maíz.