El dragón miró a Kyra y lentamente levantó una garra afilada hasta que tocó el cuello de Kyra. Kyra se quedó paralizada, aterrada, preguntándose si le cortaría el cuello. Algo brilló en sus ojos y pareció cambiar de opinión. Retiró la garra y entonces, para su sorpresa, en un movimiento rápido cortó hacia abajo.

