Y esta es la condición esencial del éxito, el gran secreto: concentra tu energía, tu pensamiento y tu capital exclusivamente en el negocio en el que te has embarcado. Una vez adoptes una línea, muéstrate resuelto a pelear en esa línea y a liderarla, acoge cualquier mejora, dispón de la mejor maquinaria y aprende todo lo que puedas de ella. Las empresas que fracasan son aquellas que han dispersado su capital, lo que significa que han dispersado también sus mentes. Han invertido en esto, en aquello y en lo otro, aquí, allí y en todas partes. Lo de «No pongas todos los huevos en la misma cesta»
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