Para mantenerse en el buen camino y vivir cada día, cada mes, cada año o toda una vida profesional lo mejor posible, hay que seguir haciéndose continuamente la pregunta esencial. Si te la haces una y otra vez, te obligará a organizar las tareas en su correspondiente orden de importancia. Y así cada vez que te la plantees verás cuál es tu siguiente prioridad. La fuerza de este método está en que te impone cumplir una tarea encima de otra. Si haces primero la tarea correcta, también te armas con la mentalidad apropiada, las habilidades adecuadas y las relaciones idóneas.

