Al contrario de lo que cree la mayoría de la gente, el éxito no es una maratón de acciones disciplinadas. Ningún logro exige que seas una persona disciplinada a tiempo completo, que hayas preparado con antelación todas tus acciones y que el control sea tu solución a cualquier situación. En realidad, el éxito es una carrera corta: un esprint impulsado por la disciplina que dura hasta que aparece la costumbre y toma el relevo.

