La gente busca de manera natural los beneficios que reporta la sociedad, lo que la lleva a aceptar a los extraños, al tiempo que evita, dentro de lo posible, resultar vulnerable frente a determinados extraños. Esta es una crítica trillada de la cultura online actual: la gente tiene miles de «amigos», pero clava la mirada en la pantalla cuando tiene cerca a otras personas. Así ocurría en Atenas, y así ocurre ahora en la red.